jueves, 26 de agosto de 2021

MARIA LIONZA LA DIOSA DORADA

Sobre las ancas de una danta errada Corre un mito

 

María Lionza, expresión poética de un matriarcado, se desplaza en puntillas por nuestra historia plena ando de fantasías la noche del ser yaracuyano.

 

Dice nuestro indigenista Gilberto Antolínez que el mito de María Lionza es de origen indígena, emparentado con las culturas ancestrales que forman la raigambre más profunda del pueblo y que de acuerdo a la dinámica social se ha ido enriqueciendo con elementos nuevos traídos de Más allá de nuestras fronteras.

 

Geográficamente se ha extendido así todo el valle de Yaracuy, desde las Sabanas de Londres, cerca de Yaritagua, hasta Albarico y San Javier; por toda la Sierra de Santa María de la Onza o Montañas de Nirgua y Sierra de El Tigre hasta cerca de Duaca, permaneciendo relativamente puro en toda esa extensión, pero desde Albarico hasta Carabobo, Guárico y Miranda se une a elementos negroides o cambia de sentido. Por el oeste Quíbor, Carora, Humocaro, Tocuyo, acepta elementos europeos e indígenas de otras estratificaciones un tanto confusas.

 

Sus dominios podríamos situar los entre Guama, Boraure y Chivacoa, donde el río nace y se forman pozas de aguas cristalinas, encerradas entre heladeras escarpadas interrumpidas por una serie de cavernas acabadas en la roca a manera de nichos que sirven de adoratorios. Tanto el agua, los bosques circundantes, las cavernas, como las pozas están “encantados” por espíritus de los padres de la raza representados por “genios locales”, guardianes de los tesoros naturales como el oro de Buría, el cobre de Aroa, las plantas medicinales, los animales selváticos, las resinas aromáticas y maderas preciosas. También reinan los espíritus de los adoratorios como silfos (genios del aire), ondinas (ninfas de las aguas) y gnomos (duendes).

 

Las pozas son antesalas de un mundo subacuático y subterráneo así como las grandes piedras erráticas ancladas en las sábanas de Salom, Cocorote y Sabana de Parra. Bajo las aguas hay grandes siembras, minas, animales, hombres y plantas iguales a los que se encuentran en la superficie de la tierra; pero además hay una raza de enanos que vigila el trabajo de los encantados. Todo el que se bañe sin ser grato a los espíritus sorteños, en las aguas de las pozas es encantado y convertido en piedra negra. También habitan bellísimas mujeres que se le aparecen a determinados personajes como una tentación en los curó del Bosque, en el fondo de las pozas tienen los ojos y cabellos del color del agua en los remansos

 

Los mojanes (brujos o piaches) son como agentes de esas divinidades capaces de vendernos en El Encanto pagándole cierta cantidad de dinero. En Sorte vivían 7 y otros en sitios diferentes. Fueron famosos Sandalio Medina (Chivacoa) Santos Barrios (Cocuaima) Bartola Martínez (Albarico) Don Agapito (curandero) y Don Alfonso (La Mosca). A su vez se clasificaban en brujos negros (propiciadores del mal) y magos blancos (combatían las malas acciones).

 

El mundo subacuático está dominado por María Lionza a María Alonso, Diosa del amor y la fortuna, de los ríos y lagunas, origen de la raza aborigen. Administra todo el valle del Yaracuy y Serranía de Nirgua, como las vertientes de Buría y San Pedrito. Tiene por sedes principales la laguna de Nirgua y la cueva de La Váquira. Está muy unida a otra divinidad conocida como “Don Cantalicio mapanare” que tiene forma de serpiente y representa el arcoíris. De él dependen “Don Francisquito del Yurubí” y “Don Juan de Los Barrancos”.

 

Como consecuencia de la colonización española la representación de María Lionza se modificó hasta parecerse físicamente a La Virgen y como medio para evitar la persecución del culto adoptó el nombre de María de la Onza, del Prado de Talavera de Nirgua. De allí que se le aparezca a los cazadores vestida con un manto azul, joyas y plumas de colores y los recibe en su Palacio subterráneo. Allí los asientos son saruras (boas) los tapires hembras reemplazan a las vacas, los Pumas a los perros, los jaguares y cunaguaros a los gatos y los venados a los chivos. Cuando pasea por el bosque lo hace en una gigantesca danta, cuyas ancas están erradas con signos similares a los dibujos de los petroglifos. Esta danta no puede ser herida o muerta por ningún tipo de arma y solamente puede ser alejada mediante “las contras” que conocen los mojanes.

 

La mansión de María Lionza comprende siete salas. La central tiene esculpidos en los cuatro puntos cardinales un tigre, un venado, una tortuga y un caimán. La contra que debe llevar el viajero en aquellos sitios consiste en una mezcla de tabaco, aguardiente y piedra de centella. Si alguien olvida algún objeto al bañarse en las pozas no debe volver a buscarlos, porque será convertido en piedra negra o se perdería para siempre; sí oye risas, voces o su nombre no debe voltear ni responder; no debe gritar ni hablar en voz alta porque desencadenaría un huracán y vería volar una serpiente de siete alas a la que sólo podría dominar si reza siete oraciones (una por cada ala) enseñada mediante tributo pagado a los mojanes.

 

María Lionza concede oro y poderío en este mundo a cambio de servidumbre psíquica del favorecido en el mundo subacuático, después de la muerte visita al hecho de los asociados en forma de mujer bella y sensual o habla con ellos en las corrientes solitarias de cuyo seno sale como culebra de ojos verdes con gran poder hipnótico. Así describe Antolínez el mito que ya forma parte del acervo cultural yaracuyano y que consideró como una riqueza espiritual que ha contribuido a preservar los recursos naturales de sus dominios y en tal sentido es beneficioso debe conservarse.

 

Hoy Sorte constituye un monumento natural y es un centro de atracción turística muy visitado durante todo el año por gente proveniente no sólo de Venezuela sino también de las Islas caribeñas y naciones vecinas. Viene una mejor orientación de esa corriente turística en defensa de la naturaleza y que a su vez garantice un margen mínimo de seguridad y comodidad en pro del visitante, así como también de la región que lo recibe.

 

Mientras haya gente a vida de fe, no canalizada por las vías tradicionales, Existirá el mito de María Lionza y Yaracuy será siempre tierra pródiga en mitos y leyendas

 

FUENTE: Revista Barquisimeto número 55 diciembre 1984


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