sábado, 21 de marzo de 2009

La Corte de María Lionza y las reinas Guillermina y Margarita






Antiguamente, se hablaba de una "Corte de María Lionza" como una de las principales en el culto, integrada por una serie de entidades que actualmente no se mencionan de manera general entre los creyentes de este culto nacido en las montaña de Sorte. 

Hoy día, entre las imágenes sólo encontramos Margarita y Guillermina, quienes por tradición oral, forman parte de los encantos de nuestro culto, ya que ellas no fueron mujeres que tuvieron una vida terrenal, sino que acompañan celosamente a la Diosa en su palacio. 





Gilberto Antolínez escribió sobre esta organización de espíritus (llamada corte): "Una organización monárquica de tipo femenino priva en el sistema político del reino de María Lionza, por tal causa he querido ver en tal circunstancia una prueba de la influencia chibcha desprendida desde los Andes venezolanos sobre todo el territorio de los arawak de Falcón Lara yaracuy etcétera transportada principalmente por las tribus jirajara desprendidas desde el macizo andino".


Los autores que recopilaron información al respecto, coinciden en que la "Corte de María Lionza" estaba integrada por la Reina Guillermina, La Niña de la Palma, la Niña Flora, el portero Francisquito y una corte de Don Juanes.


Antolínez destaca a la Niña María, mensajera y que hace aparecer objetos perdidos. Manara señala que Francisquito es el portero de la entrada de Yaritagua y dueño de las aguas y bosques del río Yurubí. Es además un travieso que se convierte en venado para observar a la gente y soltar una carcajada antes de huir. Apunta también a dos damas: Doña Enriquetica y la Niña Bonita, o linda Mariana, quienes presiden la quebrada de Cocuaima, en Campo Elías; ambas se convierte en mariposas en la oscuridad de la noche. 



Al respecto de la Niña María, dueña de las quebradas de Macagua y Mayorica, tendría una historia real. Se dice que fue una niña de 5 años que se le extravió a sus padres mientras iban a trabajar en la siembra. Al percatarse de la pérdida de la niña, junto a los lugareños se dieron a la búsqueda de la pequeña, sin encontrarla. Una "curiosa" de la zona les dijo que a la niña "se la había llevado un venado" y, en efecto, encontraron las huellas del mismo en el lugar donde la habían dejado sus padres. Esa, destaca el autor, es la Niña de la Palma "a quien precisamente se representa con un ramillete en las manos; y la cual encantada habría pasado al servicio de Maria Leoncia". Otra entidad muy mencionada por nuestros maestros del culto,pero prácticamente desconocido, es "Don Cantalicio Mapanare", dueño de la Serranía del Tigre (Aroa en arahuaco), de quien presentaremos en otro post. 





FUENTES

Antolínez, G. (1944) El Mito de María Lionza. Revista Acta Americana, vol. II. Nos. 1-2 México, enero-junio.
__________. (1995) Los Ciclos de los Dioses: Folklore y mitología de centro-occidente de Venezuela
Manara, B. (1995) María Lionza Su entidad, su culto y la cosmovisión anexa
Pollak-Eltz, A. (2004) Maria Lionza Mito y Culto venezolano Ayer y hoy 

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