sábado, 7 de marzo de 2009

NOTICIA 2006 y ENTREVISTA a Román Chalbaud (2000)


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Fieles sugieren retornar la efigie a la autopista y hacer un templo con la réplica

MIRELIS MORALES TOVAR
EL UNIVERSAL

La Diosa de Sorte recuperará a un benefactor... Por lo visto, la Universidad Central de Venezuela retomará la responsabilidad de mantener la estatua de María Lionza, una vez que culminen las trabajos de restauración que efectúa el personal del Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV (Copred).
El rector de esa casa de estudio, Antonio París, comentó que tomarán fondos de la universidad para hacerle mantenimiento a la estructura, a fin de evitar el deterioro que produjo su fractura en junio de 2004.
"Hasta ahora, la universidad no había hecho el mantenimiento adecuado. Tan sólo se limitaba a recoger las ofrendas florales y a desmalezar. Pero ahora vamos a asumir esa responsabilidad, aunque sabemos que la conservación de las obras es costosa".

Consejos de una chamán

Aun cuando el destino de la estatua restaurada de María Lionza no se ha definido, los fieles recomiendan que el monumento a la Diosa de Sorte debe permanecer en la autopista Francisco Fajardo, porque allí se formó un campo magnético que no se puede ignorar.
"Ese campo magnético que se hizo hace 50 años forma parte de lo intangible del mito de María Lionza... Además a la Diosa no la pueden sacar de la autopista, porque sería un irrespeto llevar a María Lionza a un sitio que no sea de ella".
Beatriz Veit-tane se siente con propiedad de opinar sobre ese tema, porque tiene 50 años rindiéndole culto a la Diosa de Sorte. A esta mujer se le conoce como la sacerdotisa de María Lionza y es ella quien intenta convencer a las autoridades sobre la necesidad de construir un templo con la réplica de la obra de Alejandro Colina.
"No puede ser que aquí tengamos una mezquita y todavía no dispongamos de un templo para María Lionza... un culto que es autóctono y nacionalista. Nosotros, los fieles, queremos que nos concedan la réplica para poder rendir honores a la Diosa en un lugar más accesible".
A su juicio, el templo de María Lionza debería estar en una zona popular y contar con un espacio para divulgar el culto a la Reina de Sorte.
"La idea no debe ser plagar a Venezuela de réplicas. Sino crear un templo para ella, donde se puedan dictar charlas y conferencias... Hay que recordar que se trata de un culto doméstico y cotidiano... y la idea es que se haga accesible a la gente".




Extracto de una entrevista a: Román Chalbaud

"He vivido todas las Caracas"

Caracas, 25 de enero de 2000
—¿María Lionza le resulta especialmente interesante? —Sí. Puede ser por el hecho de que yo conocí a Beatriz Veit-Tané, en los años de Pérez Jiménez, antes de que era fuera gran sacerdotisa de María Lionza. Ella empezó a asediarme, me buscaba en la Televisora Nacional, me esperaba en Radio Caracas. Me esperaba y me invitaba a bailar. —¿Usted aceptó? —Sí, dos o tres veces. —¿Y qué bailaba usted? —Boleritos, guarachas, la Billo, lo que bailan mis personajes en mis obras. —¿Era un virtuoso del baile? —No precisamente. —¿Por qué insistía ella, entonces? —Me parece que estaba enamorada. O que yo le gustaba. Yo como que era un poco menor. En el año 64, estreno, en teatro, La quema de Judas donde ella aparece como un personaje, que interpretó Hilda Vera. —Ese personaje era La Danta. —La Danta, sí. Y Beatriz se indignó. Ella pensó que yo estaba insinuando que ella usaba los rituales religiosos para retener al hombre. «Pero es que ésa no eres tú», le decía yo, inútilmente. En la universidad auguró que todos los que teníamos algo que ver con La quema de Judas íbamos a morir en un accidente o de una manera horrible. La obra tuvo tanto éxito que la llevamos por todo el país. Y en uno de esos viajes, cuando llegamos al aeropuerto veo que el avión que habían contratado para nosotros —porque éramos muchos— tenía pintado la cara del cacique Tiuna. —¿Lo abordaron? —Sí, no pasó nada. Cuando hice la película, en el año 74, ella volvió al ataque. Me pidió que le diera el papel de La Danta en la película. «No», le dije «porque tú no eres actriz; ese papel es de Hilda Vera». Hilda la imitaba perfecto, en la voz, en todo. Beatriz se puso más brava. —¿Y por qué María Lionza? —Porque es un ritual teatral, mágico. Una cosa fuera de la realidad cotidiana. A mí no me atrae la magia, no soy supersticioso, me atrae como espectáculo teatral.

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