----Se han levantado por lo menos 200 altares o portales a las orillas del reservorio y en sus alrededores / foto: JORGE ORTUÑO------
CULTO Inseguridad hace que los creyentes migren a Miranda
La Mariposa se convirtió en la sucursal de Sorte
Espiritistas, santeros y paleros utilizan el embalse para rendir culto a María Lionza, el indio Paramaconi, José Gregorio Hernández y el malandro Ismael
DANIEL MUROLO LOS TEQUES |
El embalse de La Mariposa es ahora más que un reservorio de agua; se ha convertido en una sucursal de Sorte en el estado Miranda. Espiritistas, santeros y paleros han instalado centenares de altares en sus orillas. Grandes "portales" como son llamados hechos con cemento, protegen las imágenes de Santa Bárbara, el indio Paramaconi, José Gregorio Hernández, Eleguá, la Negra Matea y del malandro Ismael.
Quienes veneran a María Lionza en el embalse mirandino aseguran que la famosa montaña de Sorte, en el estado Yaracuy, se ha convertido en una zona peligrosa.
"Fui hace un par de meses a pagar una promesa que mantengo con la Reina y me atracaron con una escopeta, me quitaron todo, desde el celular y el dinero en efectivo hasta las velas y baños que llevaba conmigo", contó Enrique Campos, quien desde entonces cumple con María Lionza en La Mariposa.
Otros prefieren acudir al nuevo santuario mirandino para evitar el colapsado cementerio General del Sur. Tal es el caso de Sandra López, residente de Los Teques, quien venera al chamo Ismael, el más solicitado de los santos malandros (de la corte calé), en el embalse y no en el camposanto capitalino, donde se encuentra su tumba.
López asegura que el chamo Ismael le salvó la vida a su hermano, al que querían matar, por lo que le agradece trimestralmente con margaritas turquesas el favor recibido. "A veces se las llevo al cementerio del Sur y otras veces las dejó aquí en La Mariposa".
Dice que cuando va al cementerio debe esperar a que la tumba de Ismael donde hay una imagen de más de un metro de altura en la que se le ve vestido con pantalón amarillo, camisa verde, gorra hacia atrás, gafas de sol y pistola al cinto se desocupe de devotos, para poder ofrecerle la cerveza que "tanto le gusta".
"Por esa razón a veces me resulta más cómodo venir hasta La Mariposa; hay menos gente en la semana y es un lugar bonito, se respira aire puro. Por eso traigo a mi hijita, ella juega mientras yo me fumo un tabaco", agregó.
La corte calé, la más baja dentro del culto santero de María Lionza, la forman una serie de delincuentes menores que cuidaron durante los años setenta los barrios en los que vivían, y que murieron de forma violenta.
Tanto sus tumbas como los altares en su honor en La Mariposa son visitados diariamente por seguidores provenientes de todo el país, quienes les piden protección para los que en vida son como ellos.
"En un país donde cada fin de semana la sección de sucesos reseña escabrosas muertes por malandreo, sicariato o tristes errores, la protección de la corte malandra es necesaria", cree López.
Sandra cuenta que "contactó" con Ismael a través de un santero. Ismael, muerto hace más de treinta años, fue quien le advirtió del peligro de su pariente, algo por lo que le está agradecida.
Carlos es otro de los seguidores de Ismael que lo venera en el embalse. Llega en motocicleta y enciende un tabaco, como hace cada semana desde "hace ya algún tiempo", para pedir que le proteja, aunque no especifica si de los delincuentes o de la policía. Y es que hasta ahí también se acercan delincuentes a buscar ayuda para sus fechorías.
En La Mariposa también se realizan sacrificios de animales, según se desprende de la cantidad de restos de palomas, chivos, gallinas y hasta gatos que se encuentran en la zona.
"Aunque lo respeto, no estoy de acuerdo con sacrificar animales", aclara Carlos, quien rechaza que dejen los cuerpos de las criaturas sacrificadas abandonados a las orillas del embalse, lo que provoca olores nauseabundos y atrae moscas.
Hay que catequizar. El presbítero de la Catedral de Los Teques, Otty Ossa Aristizábal, rechaza la práctica de estos cultos, de los que cree reflejan "el influjo de la santería cubana en nuestro país".
Denunció que quienes siguen estas creencias, sacrifican animales como gallinas y gatos y utilizan cráneos de muertos para sus prácticas. Recordó cómo en las últimas semanas se ha reportado la profanación de tumbas en el cementerio Municipal de Los Teques.
"Arrojan bolsas plásticas con restos de gallinas degolladas; mientras que inescrupulosos cargan con huesos y cráneos humanos para venderlos por no menos de 300 bolívares fuertes a los santeros", dijo.
El padre exhortó a la colectividad a abrir los ojos ante esta "avalancha de santeros que por ignorancia religiosa ha caído en este movimiento sincretista, en el cual usan escapularios y medallas para confundir".
Se mostró alarmado ante el hecho de que en La Mariposa a los que se inician en estas prácticas se les bañe de sangre de animales, y que se utilicen huesos para la adivinación. "Lo más triste es que se ven niñas santeras vestidas todas de blanco con su gorrita de lana. Qué pesar. Por eso que considero que para contrarrestar esa corriente es necesario catequizar".
Quienes veneran a María Lionza en el embalse mirandino aseguran que la famosa montaña de Sorte, en el estado Yaracuy, se ha convertido en una zona peligrosa.
"Fui hace un par de meses a pagar una promesa que mantengo con la Reina y me atracaron con una escopeta, me quitaron todo, desde el celular y el dinero en efectivo hasta las velas y baños que llevaba conmigo", contó Enrique Campos, quien desde entonces cumple con María Lionza en La Mariposa.
Otros prefieren acudir al nuevo santuario mirandino para evitar el colapsado cementerio General del Sur. Tal es el caso de Sandra López, residente de Los Teques, quien venera al chamo Ismael, el más solicitado de los santos malandros (de la corte calé), en el embalse y no en el camposanto capitalino, donde se encuentra su tumba.
López asegura que el chamo Ismael le salvó la vida a su hermano, al que querían matar, por lo que le agradece trimestralmente con margaritas turquesas el favor recibido. "A veces se las llevo al cementerio del Sur y otras veces las dejó aquí en La Mariposa".
Dice que cuando va al cementerio debe esperar a que la tumba de Ismael donde hay una imagen de más de un metro de altura en la que se le ve vestido con pantalón amarillo, camisa verde, gorra hacia atrás, gafas de sol y pistola al cinto se desocupe de devotos, para poder ofrecerle la cerveza que "tanto le gusta".
"Por esa razón a veces me resulta más cómodo venir hasta La Mariposa; hay menos gente en la semana y es un lugar bonito, se respira aire puro. Por eso traigo a mi hijita, ella juega mientras yo me fumo un tabaco", agregó.
La corte calé, la más baja dentro del culto santero de María Lionza, la forman una serie de delincuentes menores que cuidaron durante los años setenta los barrios en los que vivían, y que murieron de forma violenta.
Tanto sus tumbas como los altares en su honor en La Mariposa son visitados diariamente por seguidores provenientes de todo el país, quienes les piden protección para los que en vida son como ellos.
"En un país donde cada fin de semana la sección de sucesos reseña escabrosas muertes por malandreo, sicariato o tristes errores, la protección de la corte malandra es necesaria", cree López.
Sandra cuenta que "contactó" con Ismael a través de un santero. Ismael, muerto hace más de treinta años, fue quien le advirtió del peligro de su pariente, algo por lo que le está agradecida.
Carlos es otro de los seguidores de Ismael que lo venera en el embalse. Llega en motocicleta y enciende un tabaco, como hace cada semana desde "hace ya algún tiempo", para pedir que le proteja, aunque no especifica si de los delincuentes o de la policía. Y es que hasta ahí también se acercan delincuentes a buscar ayuda para sus fechorías.
En La Mariposa también se realizan sacrificios de animales, según se desprende de la cantidad de restos de palomas, chivos, gallinas y hasta gatos que se encuentran en la zona.
"Aunque lo respeto, no estoy de acuerdo con sacrificar animales", aclara Carlos, quien rechaza que dejen los cuerpos de las criaturas sacrificadas abandonados a las orillas del embalse, lo que provoca olores nauseabundos y atrae moscas.
Hay que catequizar. El presbítero de la Catedral de Los Teques, Otty Ossa Aristizábal, rechaza la práctica de estos cultos, de los que cree reflejan "el influjo de la santería cubana en nuestro país".
Denunció que quienes siguen estas creencias, sacrifican animales como gallinas y gatos y utilizan cráneos de muertos para sus prácticas. Recordó cómo en las últimas semanas se ha reportado la profanación de tumbas en el cementerio Municipal de Los Teques.
"Arrojan bolsas plásticas con restos de gallinas degolladas; mientras que inescrupulosos cargan con huesos y cráneos humanos para venderlos por no menos de 300 bolívares fuertes a los santeros", dijo.
El padre exhortó a la colectividad a abrir los ojos ante esta "avalancha de santeros que por ignorancia religiosa ha caído en este movimiento sincretista, en el cual usan escapularios y medallas para confundir".
Se mostró alarmado ante el hecho de que en La Mariposa a los que se inician en estas prácticas se les bañe de sangre de animales, y que se utilicen huesos para la adivinación. "Lo más triste es que se ven niñas santeras vestidas todas de blanco con su gorrita de lana. Qué pesar. Por eso que considero que para contrarrestar esa corriente es necesario catequizar".
Fuente: EL NACIONAL - Martes 12 de Mayo de 2009 - Ciudadanos/1
LUEGO DE LA LECTURA DEL ARTÍCULO, NOTAMOS MUCHAS DEFICIENCIAS EN EL PERIODISTA, PUES DESCONOCE LOS TÉRMINOS Y LAS CREENCIAS, PUES LAS MEZCLA Y SACA CONJETURAS IMPOSIBLES...
Más respeto y estudiar un poco antes de hablar sobre los cultos, sería lo apropiado!
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