Gracias a
un trabajo de investigación de más de 12 años, la profesora universitaria
Aminta Díaz, el escultor venezolano Alejandro Colina, creador de la estatua de
María Lionza (deidad femenina del folclore nacional), ya tiene su libro
titulado Colina, el cual recientemente ha sido galardonado por los premios AICA
de París como mejor publicación, mención monografía, indició un comunicado de
prensa.
La
publicación, la cual fue editada por Ediciones Florilegio, detalla la vida y
obra del máximo exponente del arte indigenista de Venezuela.
Se trata
de un trabajo de 426 páginas en donde se revelan detalles de la vida del este
afamado escultor. Fue amigo de José Gregorio Hernández y alumno del doctor Luis
Razetti, con quien recibió clases de Anatomía en la Universidad Central de
Venezuela (UCV).
Aminta
Díaz, autora de Colina, explica cómo estos conocimientos de anatomía le
permitieron al escultor plasmar el volumen, equilibrio y musculatura en la
mayoría de sus obras, entre las que destacan los homenajes a los caciques
Chacao, Caricuao, Yaracuy y Manaure.
La obra
más reconocida de Colina fue la escultura de María Lionza, realizada en 1951 y
que forma parte del paisaje que los ciudadanos contemplan a diario en la
autopista Francisco Fajardo. Se trata de “una diestra amazona que monta a pelo
una danta sin silla y sin riendas. Aprisiona al animal con sus exuberantes
piernas, lo doma, lo tranca con los pies y se refleja dominante y poseedora”,
relata Díaz en su publicación.
El
libro también revela que Alejandro Colina fue un acucioso investigador de los
indígenas. La autora detalla que “mientras los artistas contemporáneos a Colina
se fueron a Francia e Italia a especializarse, él decidió convivir con las
etnias de sur del país, conocerlas a fondo para así plasmarlas en la piedra”,
señaló.
A lo
largo de su vida se dedicó a expresar las raíces culturales de América y una
prueba de ello es el “Conjunto Escultórico Plaza Tacarigua”, ubicado en la Base
Aérea Mariscal Sucre en la ciudad de Maracay, que se caracteriza por la
imponente obra de la Venus de Tacarigua.
Esta
verdadera joya editorial incluye un enriquecedor archivo histórico que revela
fotografías e inéditos documentos de la época. Las lectoras y lectores podrán
conocer y apreciar la Venezuela de principios del siglo XX, la casa natal de
Alejandro Colina, ubicada en la parroquia de Altagracia (1901), los telegramas
de 1928 que se enviaba con su esposa Alejandrina o los oficios que emitió el
Ministerio de Obras Públicas (MOP) cuando lo nombraron en 1944 escultor al
servicio de este organismo.
Aminta
Díaz presenta la más amplia investigación sobre este reconocido venezolano, que
sin duda es una referencia obligatoria para el estudio del arte nacional. Díaz
es profesora especialista de castellano, literatura y latín egresada del
Instituto Pedagógico de Caracas en 1964. Ejerció la docencia durante treinta
años. Además, tuvo la oportunidad de conocer y compartir personalmente con
Alejandro Colina debido a la cercanía de sus casas.
“Tuve
la dicha de conocer al Maestro Colina, vivió hasta su muerte en un edificio de
El Cafetal construido por el Banco Obrero, donde resido desde hace 44 años;
mantengo con su familia una bella amistad, de ahí la motivación a escribir
sobre su vida”, concluyó Díaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario