lunes, 31 de mayo de 2021

María Lionza en Mesoamerica y Suramérica



El siguiente trabajo fue expuesto durante el 1er encuentro cultista "Conociendo nuestra fe y espiritualidad ancestral: María Lionza, niña, mujer, guerrera y reina de Venezuela" en el Teatro Alameda, Parroquia San Agustín de Caracas.


"El indio no ha muerto y su sangre no duerme: por la geografía de nuestras venas se viene hacia nosotros, calladamente, taciturnamente, inexorablemente con la calma felina de quien sabe su triunfo indeclinable". Desde los socavones de la psiquis del mestizo, "el indio es la fuerza social y subterránea que va minando en América la frágil estructura que erigieran los blancos" 

Antolínez, G. (1946) Hacia el indio y su mundo.



Por: Lic. Luis Gallardo 

Entrar en la presencia aborigen femenina del culto, mito y rito a la deidad que hoy conocemos como Maria Lionza. Debe llevarnos a un viaje en las profundidades de este continente, ir a los elementos esenciales y religiosos de cada pueblo americano y de cómo Venezuela se convirtió en el asiento, en el templo natural para recoger y reconocer el culto femenino que definía y define la religiosidad desde mesoamerica hasta surarmerica. 


Fenómeno que además se sostiene en elementos cosmogónicos donde el tiempo y el espacio son apenas un pretexto que permite  realizar de manera sucesiva la celebración de un rito que finalmente demuestra la autoridad religiosa que marca la vida de los todos mis pueblos de nuestro continente.  Entonces para hablar de Maria Lionza debemos comprender que hizo su viaje penetrando a Venezuela desde el México de los Aztecas, pasando por el imperio Maya, el Chibcha, y los propios quechuas e incas que fueron abonando a nuestro culto elementos esenciales cósmicos, númerologicos que permiten identificar la presencia del número 2 , el 4 y sus múltiplos, así como del 6 por solo citar dos a tres ejemplos que componen el altar o panteón donde se acude a realizar el ritual en el que se sostiene el mito y el cual es en la practica religiósa puramente indígena. Por otro lado se debe destacar el avance del aborigen con el cosmos donde el cielo y las pléyades juega un papel de primera linea dividiendo el mundo en tres planos: el de arriba para las divinidades astronómicas así como de la luz y el calor; el del medio donde esta la tierra para los vivientes y el inferior de los demonios, malos espíritus y divinidades del frío, de la muerte y de la noche. 


Todo este contexto se refleja perfectamente en los diferentes nombres que adquiere la diosa en las diversas regiones del continente, es decir que fue dando nombres a una única deidad según el viaje, el pueblo y las voces o lengua de los mismos que les permitía identificarla, tenemos entonces ante esta realidad un sinnúmero de nombres bajo los que deberíamos invocar a nuestra Diosa como son: Ciaucoatl, Bachue, Furachogue, Chía, Guaichía, Ikake, Yamaro, Mayurupí, Yurubí, Yara, Chiquinquirá o Kuma para solo nombrar algunos... Considero debemos volver a llamarla bajo sus nombres aborígenes pues con esto estamos volviendo a la originalidad religiosa de nuestro continente y estamos activando nuestras lenguas madres... No con esto queremos decir que debemos ser una religión ortodoxa, porque si hay algo que a tenido desde épocas inmemoriales esta religión es que es puramente viva, tan viva que sus plantas y ritos sagrados fueron adaptándose a la propia territorialidad y es por ello que conseguimos plantas como el pellote, la ayahuasca y el tabaco en sus ritualidad. 


La acción de María Lionza es tan grande que entre los años 60 del siglo pasado y los primeros años del nuevo siglo a incorporado un importante grupo de nuevas deidades mas contemporáneas a sus altares, pero también a tenido una tergiversación tan grande en cuanto a las cortes y a los espíritus que la conforman, el caso más particular se refleja con la del Negro Felipe,  para nombrar a uno de los tantos con los que hay una gran confusión de que si es un africano o es Pedro Felipe Camejo el héroe de la independencia, valga nombrar hoy cuando caminamos hacia el bicentenario de Carabobo, por su puesto que ese negro Felipe que acompaña a las Tres Potencias es el héroe de los llanos de Apure y no el esclavizado que llegó forzosamente a nuestro continente desde el África negra.

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