viernes, 24 de junio de 2022

La fiesta de San Juan Bautista en las montañas de María Lionza

 

Revista IMAGEN - julio de 1972


NTERMINABLES caravanas de peregrinos, que se calculan en más de 40.000 personas, de todos los sectores sociales y procedentes de distintas regiones y ciudades del país. visitaron el Día de San Juan Bautista, para rendir homenaje a María Lionza y a Santa Barbara de Changó, las montañas de Sorte, Marimisa, Cachicabure y Quibayo, Estado Yaracuy, trasladándose en toda clase vehículos: autos particulares y de alquiler, camionetas y autobuses de todo tipo, los cuales quedaron alineados, desde las entradas de los sitios antes citados hasta una distancia de quinientos metros, e invadieron igualmente los lugares planos frente a las faldas de las montañas, por donde se precipitan los afluentes y cruza el río Yaracuy. Estas son lo que los creyentes designan como "las moradas de María Lionza" quien, para ellos, es el espíritu tutelar de Venezuela y a quien secundan en el Astral los numerosos espíritus de su Corte, pues esta Potestad incorpórea recibe de sus fieles el titulo y la jerarquía de Reina.

La Tradición de María Lionza


LA tradición oral de María Lionza, que tiene su origen en la época de la Colonia, cuando recibía el culto clandestino de los indígenas y esclavos africanos, abarca principalmente, desde entonces, una extensa zona de los Estados Yaracuy,  Lara, Portuguesa y Falcón, donde es más intenso su culto, aunque ahora se ha extendido a toda la República. Su centro reside en la montaña de su nombre, en el Estado Yaracuy, que tiene también el de Sorte, en cuya extensión se encuentran los lugares denominados La Escalera, Marimisa, Cachicabure y Quibayo. Es allí donde concurre la mayor parte de sus devotos, a causa de las numerosas pozas naturales. formadas por las riberas que bajan de las cumbres, propias para los baños lustrales. Cerca de esas pozas de aguas cristalinas se han levantado numerosos portales o altares. Estos se hallan, hoy en día, semiderruidos en su mayor parte, pues hace unos años fueron destrozados por orden de las autoridades de la región, según fui informado.

"El origen del culto de María Lionza se pierde en la oscuridad". según la doctora Angelina Pollak-Eltz, quien agrega: "Algunos documentos del siglo XVIII hacen hincapié en un culto practicado en cuevas en honor de deidades indígenas. en los valles centrales de Venezuela. Pero, a mi parecer, el culto de María Lionza, por lo menos en su forma actual. parece ser más bien de origen bastante reciente, porque abarca elementos de orígenes variados y aportes del espiritismo moderno. Es interesante observar que cada día aumentan los centros del culto y el número de creyentes, que acuden a esos centros en busca de ayuda espiritual y material" ("El Culto de María Lionza en Venezuela Caribbean Vol. 7, No 4, January 1968, University of Puerto Rico, p. 1). Supone, además, la doctora Angelina Pollak-Eltz que "quizás el Culto de María Lionza es la expresión más conspicua de la mezcla de razas, culturas y creencias (indo-afro-española), expresión de un nuevo nacionalismo, basándose en la integración total de todas las razas y culturas diversas del pueblo venezolano" ("Panorama de Estudios Afroamericanos' "Montalbán", N 1 UCAB, p. 272). Por otra parte, opina que "el culto de esa 'Reina se extiende a muchos espíritus menores Es la expresión espontánea de la religiosidad de un pueblo que busca en la devoción a las fuerzas de la naturaleza una ayuda espiritual y material que no encuentra en los ritos formalistas de la Iglesia católica, que por muchos siglos no ha atendido a las necesidades de las clases marginadas, ocupándose sólo de bautizar y enterrar a la gente, sin educar al pueblo, ni preocuparse por sus problemas espirituales o materiales" ("Vestigios Africanos de la Cultura del Pueblo Venezolano" UCAB, 1972, p. 139)

La Población de Chivacoa


CHIVACOA es una población próspera, pero de apariencia pobre.. de unos 30.000 habitantes, que viven de la agricultura y el comercio, así como del trabajo que les proporciona el ingenio azucarero Matilde. Hay allí un comercio numeroso y diversificado, así como varios hoteles, restoranes y botiquines. Cuenta con un amplio hospital, un centro escolar y un liceo. Se destaca una tienda llamada "Mi Reina" donde los peregrinos pueden adquirir todo lo necesario al culto de María Lionza. Las casas son de una planta y las calles son de tierra, que en tiempo de lluvias se vuelven fangosas. Se advierte en el aspecto general de la población la absoluta falta de interés de las autoridades regionales para mejorar las condiciones de vida y vialidad de ese conglomerado, que es uno de los centros. que podríamos llamar turísticos, más importantes del país, pues lo visitan y pasan por sus calles, deteniéndose en sus comercios, hoteles, restoranes y botiquines, mas de un millón de visitantes al año.


El Camino a la Montaña


EL recorrido desde Chivacoa hasta la entrada misma de la montaña de Sorte, que es casi de quince kilómetros hasta el lugar denominado Quibayo, presenta grandes destrozos en los caminos de penetración, hechos hace mucho por los bulldozers, en medio de los cañaverales, y a los que no se les han hecho reparación alguna, sino que, por su estado de abandono absoluto, se han deteriorado hasta volverlos casi in transitables en tiempo de sequía y mucho más, en la estación de las lluvias. Los camiones pesados que llevan la cosecha de caña al ingenio, así como el intenso y constante tránsito de los vehículos utilizados por los peregrinos. han formado enormes baches que hacen brincar los vehículos como si fueran "frijoles saltarines mexicanos sacuden a los tripulantes como si viajaran dentro de cocteleras enormes. Muchos son los autos, camionetas y autobuses que se descomponen por esos pésimos caminos, obstruyendo el paso de los que van y vienen. A esto hay que agregar las dificultades para cruzar el río Yaracuy cuando se crece, imposibilitando las entradas a la montaña.

La Fiesta de San Juan


UNA de las grandes fiestas religiosas de carácter popular es la de San Juan Bautista, el 24 de junio. "San Juan es el Santo más grande de los negros venezolanos", dice la doctora Angelina Pollak-Eltz. "Se celebra en la temporada del solsticio de verano, cuando las lluvias caen en abundancia y la nueva siembra ya está en los campos, Juan Liscano dice que se trata esencialmente de ritos para aumentar la fertilidad" ("Vestigios Africanos en la Cultura del Pueblo Venezolano", UCAB, 1972, pp. 48 y 49 in fine). Los toques. de tambor, tanto indígenas como africanos, alegran las fiestas en honor de San Juan, quien "tiene rasgos de la deidad del fuego de los negros Ewe, los cuales utilizan el fuego en los ritos de purificación". (APE, idem. p. 50). También lo hacían los indios nuestros en lo que se llama "la Ordalia del Fuego". Consistía. ésta en caminar y bailar sobre brasas ardientes, para demostrar los danzantes estar protegidos por el dios del rayo y del fuego, saliendo indemnes de esa prueba. Por eso Guaicaipuro no murió abrasado en la choza que le incendiaron los conquistadores, sino herido por la flecha lanzada por el indio que denunció su escondite.


Quibayo


A estrecha planicie que se ex tiende frente al segundo río que separa a la montaña en Quibayo. ofrece el aspecto de una feria, pues están allí hacinados numerosos ranchos que son restoranes y botiquines, algunos de los cuales también dan albergue a los peregrinos. Allí se consiguen no sólo alimentos, refrescos y café, sino tabaco, cigarrillos, fósforos, velones, ve las y otros artículos del culto. En el centro de aquel espacio, hay una explanada de cemento, detrás de la cual se ha construido, a poca altura, un portal tripartito, a manera de templete, en el medio del cual, en un camarín cuadrangular, está una talla en madera policroma, de unos sesenta centímetros de al tura por unos noventa de largo, que re presenta a Guaicaipuro, María Lionza y al Negro Felipe. Lo curioso de esta triada es que tiene invertido el orden tradicional de las figuras que la integran, el cual es: Negro Felipe, Reina, Guaicaipuro. La Soberana de Sorte está figurada. como una mujer rubia y de ojos azules. A la izquierda del espectador, está una especie de hornacina con una estatua policroma de El Libertador Simón Bolívar de pie, y otra más pequeña, de color bronceado, de la María Lionza montada en la danta, según la escultura de Colina, a la cual probablemente una mano pudibunda puso un trapo rosado desde el busto y cubriendo las piernas. A la mano derecha, hay otra hornacina con un gran busto del Dr. José Gregorio Hernández, con sombrero. En la parte de arriba, se levanta como una verja o enrejado, con un triángulo en el medio y un crucifijo en su centro; el enrejado. estaba adornado, originalmente, con numerosos "fuertes" de plata, pero ya no tiene ni uno.


Mesa de Ofrenda


FRENTE a la escultura de las Tres Potencias, hay como un estrado que abarca todo el ancho del templete. En ese estrado, una dama de vota puso lo que se llama "una mesa de ofrenda". En el centro, una torta en forma de corazón y en su contorno frutas. diferentes, galletas, dulces, velas y velones encendidos, que fueron aumentan do conforme llegaban más creyentes. También había velas y velones encendidos ante las efigies de El Libertador y del Dr. Hernández. En las orillas del estrado, pero sobre la plataforma de ce mento, hay dos tobos en los que los devotos colocan toda clase de flores. pero, principalmente, rosas, gladiolos. azucenas y nardos. Las rosas rojas y los nardos son las flores preferidas por María Lionza.


Otras Imágenes de la Reina


A la izquierda del templete, hay un pequeño vehículo, ofrenda de un italiano anónimo, con una capilla en cuyo interior está una figura de María Lionza, ataviada con un bello vestido. blanco, lleva un tocado como de novia, un gran ramo de flores blancas fingidas en los brazos y un cetro en la mano derecha. Esta imagen tiene mucha semejanza con la Virgen del Valle. Los devotos ponen en el piso de la capilla y frente a ella velones, vela y ofrendas diversas.


Al lado derecho, sobre soportes, hay en una caja rectangular de lámina, protegida por una reja, un cuadro con lo que se llama "el retrato de la Reina", a la cual también se le hacen ofrendas, internándose por ambos lados frente al rio, el cual tiene un puente para cruzarlo, así como penetrando en la montaña, se improvisaron numerosos porta les por grupos de creyentes, mientras otros invadieron los portales existentes. a fin de celebrar en ellos sus ritos.


Las Caravanas de Creyentes


DESDE el viernes 23, todo el sábado 24 (Fiesta de San Juan Bautista) y hasta el domingo 25, fue un interminable desfile de "caravanas" "embajadas" y "misiones", en grupos, grandes y pequeños, integrados por creyentes del uno y del otro sexo, de todas edades y condiciones, quienes entraban en la montaña cargando con maletas, cajas de cartón, bolsas de plástico y de papel, colchonetas, hamacas, chinchorros, camas plegables, cocinillas, braseros y toda clase de utensilios hogareños, así como radios portátiles. Aquello era un hormiguero de gente, con gran variedad de ropas, que pululaban por todas partes, pues se calculó que a las montañas de Sorte, La Escalera, Marimisa, Cachicabure y Quibayo viajaron más de cuarenta mil personas.

Portales del Culto


CADA grupo se instalaba a su manera, pero todos organizaban de inmediato sus respectivos por tales con imágenes de las Tres Potencias, de los Caciques y otros personajes de la Corte de María Lionza, así como de Santa Bárbara de Changó y de las Siete Potencias Africanas y de algunas efigies de otros Santos, como San Miguel Arcángel, San Lázaro, Santa Clara, La Sagrada Familia y advocaciones de la Virgen María. En todos los portales había velas, velones y toda clase de ofrendas, así como pequeños vasos de cartón con ron, cocuy, vino dulce, aguar diente blanco y, algunas veces, whisky y brandy.


En el curso de los tres días, viernes, sábado y domingo, se llevaron a cabo "trabajos", "despojos", "ensalmes" y "curaciones", desde las primeras horas de la mañana hasta pasada la media noche. Lo principal de todo fueron los bautizos espirituales, por celebrarse la fiesta de San Juan Bautista. Estos se hacen por inmersión de las personas en las pozas y riberas, así como en el curso del río. El bautizo sólo significa, en este caso, la aceptación oficial del creyente como "hijo de María Lionza". La ceremonia la practica individualmente, pero en grupos, un "hermano espiritual" (incorporado en un médium) perteneciente a las Cortes de la Reina o de Santa Bárbara de Changó. En este último caso. el neófito se convierte en "hijo de Santa Bárbara de Changó". Son dos cultos diferentes en sus prácticas y rituales, pero no sólo no se excluyen, sino que se complementan, haciendo unos espíritus lo que no pueden llevar a cabo los otros. Se considera que los espíritus changoistas. por medio de los cuales actúan las Potencias Africanas, se especializan en combatir toda clase de brujerías, así como en destruir o anular los "daños" que causan a la gente con sus maleficios quienes "trabajan negro",


Los Grandes Chamanes


DURANTE mi permanencia en Quibayo, mezclándome con los innumerables creyentes y conversando con ellos, tuve oportunidad de conocer a varios de los grandes "chamanes" o "mojanes", tanto del culto de María Lionza, como del de Santa Bárbara de Changó, tales como Víctor Pirela y su fiel "banco" Franklin Helburd; José Rafael Uzcátegui, excelente médium y bailador de tambor; Rubén Darío y Miguel Ramos, considerado como uno de los mejores médiums, con grandes conocimientos esotéricos y facultades de videncia. Había, además, dos jóvenes que se transportan admirablemente. Efraín Davalillo y Carlos Guillermo Rojas, incansables en su trabajo para ayudar a sus semejantes. Además, son dos expertos e infatigables "tamboreros", tanto en el culto de María Lionza, como en el de Santa Bárbara de Changó.


Velación de un Auto


MIGUEL Ramos llevó a cabo la "velación", verdaderamente espectacular, del auto de Gerardo Flores, un "Mustang" blanco con capacete negro. La "velación" tiene por objeto "cerrar" el carro a todo maleficio, hechicería o brujería, a fin de que no sufra ningún daño en su estructura, ni tampoco en su físico el chofer y pasajeros que vayan con él. 


El sábado en la mañana, se colocó el auto, con las puertas abiertas, en la explanada de cemento, a un lado del portal de las Tres Potencias, en la entrada de Quibayo y frente al río. Par tiendo de diferentes lugares de la parte. superior del vehículo, se tendieron, en forma radial, ocho cintas de los siguientes colores: blanco, rojo, amarillo, azul, perla, rosa, orquídea y crema, las cuales se sujetaron en el suelo con botellas de whisky, vino, champaña, brandy, anís, ron, cocuy y aguardiente blanco. Se colocaron, en torno del carro, siete latas de cerveza, siete velones de las Siete Potencias Africanas, un velón rojo de Santa Bárbara de Changó y ochenta velas blancas. Sobre el capacete, se pusieron las imágenes de las Tres Potencias (el Negro Felipe, María Lionza y Guaicaipuro) y de Santa Bárbara de Changó, siete clavos de Santa Elena, tres Cristos pequeños y uno grande, un melón abierto, una patilla redonda, a la que se le quitó la pulpa para convertirla, en lámpara, poniendo en su interior aceite y una veladora, siete manzanas en forma de lámparas, siete mangos, una piña, claveles y gladiolos rojos en el capacete y el auto fue rociado con per fume de siete esencias. Se encendieron todas las velas, velones y lámparas, que estuvieron ardiendo hasta que se con sumieron. Entonces, Miguel Ramos roció el auto con todos los licores y la cerveza. La forma en que quedaron los residuos de velas y velones mostró que "el trabajo se había dado". La ceremonia duró ocho horas.


Ordalía de los Vidrios en Pedazos


COMO explica Gilberto Antolínez, "las cosas que se ven en el culto de María Lionza son sobremanera cautivantes y demuestran un pro ceso tal de reintegración de rasgos culturales de la más apartada pertenencia, que hacen de él uno de los fenómenos sociológicos más interesantes en la América indo-afro-española". ("El Heraldo". 6-VII-1950). Tal es el caso de la ordalía de los vidrios en pedazos que tuve la oportunidad de ver en el portal de Víctor Pirela, donde éste, con la incorporación de su espíritu protector, pudo bailar con los pies desnudos sobre pedacería de vidrios, sin lastimarse sus extremidades inferiores.


Fue la noche del sábado. Víctor Pirela y su grupo de creyentes habían arreglado, frente a un árbol frondoso y milenario, un portal muy atractivo con diferentes imágenes de santos y espíritus tutelares. Allí se destacaba el busto de María Lionza indígena, representada, según las viejas tradiciones, como la describe Mario Gamarra: "una esquiva mujer morena de ojos verdes y buídos, con esplendente cabellera negra". ("El Universal", 26-1-1961).


El acto inicióse haciéndonos escuchar la grabación de una elocuente y fervorosa invocación a Dios Todopoderoso, a la Reina y demás Potestades astrales, para que propiciaran la sesión. Inmediatamente después, Víctor Pirela se trans portó con el espíritu de su protector astral, Carlos Montalvo. Este, después de bendecir a los presentes, hizo arrodillarse al médium para entonar, con una bellísima voz de tenor, una emotiva oración cantada y el "Ave María" de Franz Schubert, que es la melodía que entona María Lionza cuando se presenta ante sus hijos terrenales.


Como Carlos Montalvo es haitiano, a pesar de su nombre español de remoto origen ítalo, nos hizo presenciar una emocionante demostración de fakirismo al dirigirse el médium con los pies descalzos al lugar donde se habían roto y desmenuzado cuatro botellas de vidrio. Sobre aquel hacinamiento de aristas cortantes, rodeado de un círculo de velas, el chamán pudo bailar sin herirse las plantas de los pies.


Seguidamente se transportó con el es píritu del Cacique Paramaconi, quien, sorpresivamente, me llamó para hacerme una curación con hojas secas de tabaco impregnada de cocuy, con las cuales me friccionó el vientre y la espalda, quitándome de inmediato un agobiante dolor de cintura y espalda que tenía, por tantas horas de estar en pie y moviéndome de un lugar a otro. Hizo. después, otras varias curaciones a otras personas, despidiéndose de los presentes con la salutación característica de los indios: "Buena Luna".


Acto continuo, Víctor Pirela recibió a un espíritu de Changó, Mr. Bárbaro, quien hizo que Gerardo Flores se transportara con el Cacique Maripiri. Este llamó al fotógrafo Simón Ariztigueta, a quien le hizo una curación en un pie y en la pierna. Por obra también de Mr. Bárbaro, se transportó una señora de apariencia española, a quien se está preparando para que sea "materia de aporte", según me explicaron después, quien recibió a Santa Bárbara de Changó. Esta se limitó a bendecir a los presentes. hablando en voz baja, y a conversar con una señora, retirándose enseguida. Carlos Guillermo Rojas se transportó con Babalú, o sea un espíritu que en la tierra fue un babalao, que es el nombre que se les da a los oficiantes de Changó. Bárbaro y Babalú hicieron varios "cierres africanos" a hombres y mujeres, los cuales consisten en incisiones en la piel con una hojilla. Esto sirve, según me informaron, para que los enemigos visibles e invisibles de las personas tatuadas no puedan causarles ningún daño.


La Ordalía del Fuego


TERMINADA la sesión en el portal de Víctor Pirela, fuimos todos a presenciar la Ordalía del Fuego, la cual se llevó a cabo frente al portal del indio Yaguarín, guardián de las montañas de María Lionza. Allí deshizo una hoguera, dispersando los tizones en un área como de varios metros, mientras los tambores sonaban con estrépitos para llamar a los espíritus que debían incorporarse en los danzantes. Estos fueron, entre otros, Juan Bautista Peraza, quien abrió el baile corriendo sobre las brasas ardientes. Después, Víctor Pirela, Miguel Ramos y José Rafael Uzcátegui, entre otros, comenzaron a bailar sobre las brasas a los sones de los tambores que, por momentos, cambiaban de ritmos. Fue algo impresionante ver a Víctor Pirela no sólo caminando y bailando sobre las brasas, sino cogiendo éstas con las manos y frotándoselas en la cara y la cabeza, así como a Miguel Ramos revolcándose en aquel colchón de carbones encendidos y a José Rafael Uzcátegui, que es un gran bailador de tambor, danzando al son rápido y contrapunteado de los parches. El espectáculo de esas dos ordalías, la de los vidrios y la de las brasas, compensaron ampliamente la fatiga y las incomodidades sufridas en el viaje a las montañas de María Lionza y durante la permanencia en ellas.

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