lunes, 17 de abril de 2023

El folklore negro y sus proyecciones en América

 


Foto: Cristina García Rodero 


Conferencia dictada por su autor la noche del 26 de abril de presente año (1945) en el Ateneo de Caracas en el acto afro-americano presentado por Eduardo Calcaño y el Conjunto Barlovento.


Sojo, Juan Pablo

El Nacional, Caracas, 29 de mayo de 1945.

AUNQUE no soy el más autorizado para enfocar una cuestión que amerita largos y laboriosos estudios de investigación, quiero decir unas cuantas cosas referentes al folklore negro y sus proyecciones en el continente. En primer lugar encontramos como sentido valorativo primordial en el arte negro, su profundo acento religioso y mágico, como podemos apreciarlo en los "Spirituals" americanos. Estos Estos cánticos religiosos surgieron en los "camp meetings" de las plantaciones de Mississipi, en las reuniones religiosas del campo". En estos centros agrícolas vivían tanto negros como blancos, en su mayoría colonos escoceses donde parece se desarrolló esta especie de oración cantada que transmitieron después a los hombres de color, adquiriendo su típico canto negroide calcado en la liturgia de los pastores metodistas y bautistas. Hay opiniones diferentes acerca del verdadero origen de los "Spirituals". Según algunos investigadores, en Sierra Leona hay cantos semejantes. Lo que si parece cierto es que, en su línea melódica, más que en su ritmo pausado se encuentra el sello inconfundible del Afro. La letra de ellos está inspirada en los Salmos de la Biblia, transformados naturalmente de acuerdo con la concepción que del Cielo y las cosas de origen divino tienen los negros, transparentándose así mismo el dolor, la alegría, la esperanza de una raza oprimida. Es seguro en este sentido que la letra de muchos de ellos sirvieran como contraseña y órdenes que se transmitían los negros para sus rebeliones en las haciendas, por el hecho que tanto la letra como la música eran improvisadas por un cantor que iniciaba la melodía siendo acompañado por otros. No es de dudarse sea verídica esta posibilidad, pues se cita el caso de una rebelión incitada por un cura blanco, de los negros contra los blancos contra en algunas plantaciones de Estados Unidos. Se menciona el "Go down Moses" (Ve abajo Moisés) como un ejemplo de lo ya anotado. Los "Spirituals" se cantaban en la casa en los campos, en todas partes cuando los oficios religiosos fueron prohibidos entre los negros. Estos "Spirituals" han dado origen tanto a la música estilizada como a la popular, de igual modo que los "revival hymns" también de sentido religioso. En el rico "folk songs" americano, en que se pueden citar las "canciones del trabajo" (work songs, labor songs). "canciones de las plantaciones" y "canciones de cuna" (coon songs), se han inspirado famosos músicos como Debus- sy. Strawinski. Dvorark y otros: y dio nacimiento al "jazz" el "cake walk" el "rag-time": de donde se derivaron el "shimmy" y el "charleston", resultando más tarde: el "big-apple", el "boogi-woozi", etc.


NUESTRA FULIA 


Pero este sentido religioso que hallamos en los "Spirituals" norteños, podemos hallarlo también en la "fulía" nuestra, que tiene estrecha relación con la adoración de la Cruz española y en donde se improvisan coplas y se recitan décimas en que se mezclan el romancero castellano, con leyendas de Carlo Magno, la Biblia y cuestiones populares. Podemos hallarlo también en el canto del "mampulorio" y en el de "San Pascual Bailón". En los tres casos citados se encuentran el sentido conceptual que el negro le daba a las cosas del Cielo, en que las divinidades o seres que ya pertenecían a ellas debían intervenir y disfrutar del regocijo, las viandas y licores que se consumían en los actos. Por ello todavía se acostumbra cubrir el Santo o al "angelito", para echar al coleto un buen trago. Estos "Spirituals" fueron tratados con desprecio en Estados Unidos hasta mediados del siglo pasado, que un orfeón negro universitario hizo oír en conciertos en América y Europa, adquiriendo hoy día un gran auge tanto en las iglesia de los negros americanos como en el mundo del arte musical. Eduard Calcaño interpreta el "Spirituals "Todos los Hijos de Dios Tiene Alas", sin llegar al canto propia mente dicho, buscando la salmodia, la entonación del sermón y la gravedad litúrgica. Allí se aprecia la camaradería con que el negro trata a las cosas del Cielo, efectivamente porque supone que de Dios y sus ángeles no los separa la dura cortesía y el aprecio peyorativo en que lo tiene el blanco.


EL BELEN O PASTORAL VENEZOLANA 


El Belén o Pastoral que presenta Calcaño y su Conjunto de Color resulta una transición entre el "Spirituals" y el fragmento de la maravillosa obra de Weldon Jonhson el Sermón de "La Creación de Mundo". Es una pastoral estilizada por Eduardo Calcaño, inspirada en los Belenes o representaciones religiosas de Venezuela, los Nacimientos, que son una costumbre española tradicional en nuestro país. Está realizado sobre la música de un aguinaldo barloventeño, que por su línea melódica, se dejó pentatónico, acusa saturaciones negroides. Hay un diálogo entre el Ángel y el Diablo, El Diablo es elemento principalísimo en las concepciones artísticas del negro: representación del "enemigo"; corporización de su alma fatalista y que como un ser cualquiera que acechara en los caminos de la vida, "el señor de las encrucijadas" o "Legba" (dios africano) adorado también a través de las imágenes de algunos santos en diversos países de América y que en Venezuela se le menciona algunas veces como "El Hermano Penitente". Por lo demás este es un diálogo de misterios españoles. En Panamá los negros representan y bailan la pantomina de "Los Diablos", el día de Corpus tal como lo celebran los mismos españoles, bailando por las calles, cubiertos con trajes estrambóticos y enmascarados. En nuestros Llanos hay reminiscencias de los "Tres Negritos Mandingas", y en lo que respecta a Barlovento, para el día de Corpus existe la conseja de que el Diablo ronda por los alrededores del pueblo preguntando a cuantos encuentra si "todavía las mujeres paren", a lo que contestará el Interpelado, haciendo la señal de la Cruz: "Y parirán!", explicación suficiente para que el desconocido huya inmediatamente transformado en "perrendengue", es decir, en figura de un perro negro que vomita fuego por los ojos Antiguamente en estos y otros pueblos venezolanos se sacaba la pantomima del "Diablo y la Tarasca" por las calles: costumbres que han desaparecido. El Conjunto de Color aleccionado por Calcaño, logra en el número de la Pastoral o aguinaldo representando, un gran verismo que pone de relieve la superación artística que persigue su director y animador para presentar un espectáculo digno de públicos selectos dentro y fuera del país. 

Aunque la letra y la pantomima de este aguinaldo es solo una estilización de Calcaño, demuestra no obstante estar bastante enterado de las cuestiones negras entre nosotros, pues en él realiza gráfica y emocionalmente la representación de las Comparsas venezolanas, costumbres post-coloniales del negro en América, practicadas todavía en Cuba y el Brasil, con la misma denominación y la de Cabildos en el primero de estos países, y con la de "Escuelas de Samba" en el segundo. Según datos de africanólogos como don Fernando Ortiz, Raimundo Nina Rodríguez y Arthur Ramos, también en el Perú salían por las calles los "diablos danzantes". En Barlovento -que es donde disponemos de un apreciable material humano aún inexplorado-, salen las Comparsas de Inocentes, el mismo día de esta festividad, o sea el 28 de diciembre de cada año. Estas Comparsas están constituidas en su mayoría por mujeres, las cuales usan ropas varoniles, asumiendo el papel del sexo opuesto durante el transcurso del día, Nombran su gobierno, formado por el jefe civil y su tren gubernativo; la Junta Comunal; el cura, etc. Una fuerte reminiscencia del matriarcado. Ellas dirigen el orden de la fiesta y distribuyen los papeles que han de representar los hombres. Allí hace su presencia el "salteador de caminos" o sea la configuración recordatoria del negro alzado a quien denominaban "bolero" o "cimarrón", que vivía una vida azarosa, viva protesta con las cadenas infamantes de una raza viril; deambula también el médico o brujo, portando sus yerbas mágicas; el "verdugo", armado de una verga, reminiscencia del perseguidor de esclavos en rebelión. "los viejos", que bailan por las calles y pelean al garrote con otros "viejos" al son de un "cuatro" y la "charrasca", realizando espeluznantes combates en los que lucen maravillosas habilidades de esgrimistas. No podía faltar en esta pantomima que nos ofrece Calcaño, la muerte del Diablo bajo la espada flamígera del Arcángel, que aún siendo de origen netamente hispano, revela influencias del Afro en su transposición de valores, por que -como dije en mi ensayo editado por la A. E. V. "Temas y Apuntes AfroVenezolanos"; "nuestros primeros abuelos de color continuaron adorando a sus Dioses o ídolos a través de los Santos del Calendario cristiano, celebrando sus fiestas de un modo peculiar..."


"LA CREACION DEL MUNDO"


Voy a hablar del tercer número que presenta Caleaño, el Sermón de la sublime obra de Weldon Jonhson "La Creación del Mundo", Este gran poeta norteamericano ha sido uno de los más intensos y honrados divulgadores del arte negro habían publicado varios libros de poesía y estudio. El Sermón de la Creación, constituye una agrupación de valores estéticos en que, a la vez que se logra una alta calidad poética, perviven las concepciones que de las cosas místicas tienen los negros. Allí palpitan con toda su fuerza y toda su sencillez, la ingenuidad, la fe, el recogimiento ante el tema extraño e invisible, pero que se sabe bueno, porque Dios lo dice. El predicador lo asegura y el hombre lo da por fehaciente. El Pastor negro dice su sermón en las iglesias del "black group", ante una recogida multitud de las sectas "biblicas" de Estados Unidos. No conforme con su propia concepción de la religión recibida del europeo inmigrante, el negro americano personalizó al propio Dios en George Baker, el "Father Divine", (el Padre Divino), con sus mansiones celestiales instaladas en lujosos edificios, Weldon Jonhson en su estupenda obra, realiza la creación de la vida vista por el negros a través del predicador. En "La Creación del Mundo" Eduardo Calcaño y el Conjunto de Color, logran una magistral interpretación, lamentándose solamente lo reducido del escenario del Ateneo el cual por su escasa perspectiva impide presentar esta obra completa, la cual será  montada próximamente en uno de los teatros caraqueños. 

Eduardo Calcaño ha venido dedicándose con ahínco en cultivar el arte y el folklore Afro-americano iniciando en la escena a un grupo de jóvenes del pueblo que integran el Conjunto Barlovento. Son numerosas las obras de este género, de autores del continente, que ya tienen listas para ser llevadas a escena, y este esfuerzo verdaderamente notable -cuanto que Calcaño no se ha detenido en sacrificios y obstáculos de todo género corrientes en quienes se dedican a la vida del Arte y a levantar una maravillosa modalidad del mismo, que es lo que más cerca está del arte puro, profundamente original y definido netamente a través de las culturas de América, lo que llama don Fernando Ortiz "transculturación": ese maravilloso arte negro presente en las colecciones de Benin y del imperio Malé de que hablan Frobenius y Delafosse; que inspiraran a un Picasso y hasta crearan el género poético del sub-realismo-, se ha visto premiada con la compactlación homogénea que logra Caleaño y este inteligente grupo de jóvenes oriundos de una de las regiones más ricas en tesoros folklóricos y artísticos del país.


LO POPULAR EN EL ARTE NEGRO


El Arte popular negro mantiene siempre en su fondo un aliento ritual, un substrato religioso y mágico por más que esté asociado al regocijo y al desenfreno -concepción blancoide de estos elementos litúrgicos esenciales al africano. En ellos los indígenas del continente negro transplantados a la América, pudieron conservar sus ritos y adoraciones frente al pastor protestante y el doctrinero. Les era fácil adorar sus Dioses a través de los Santos e imágenes de las religiones traídas de Europa. En Argentina por ejemplo, el negro islámico y los de diferentes líneas africanas llevados allí, transvasaron en la celebración popular de los "candombes" su arte, su lenguaje y sus creencias. El "tango", que es el nombre de un tambor regional negro, se hizo expresión popular argentina por la voz de numerosos cantantes. La "milonga", otra expresión musical de la tierra gaucha, es voz negra, si vamos a dar crédito al sabio sociólogo argentino Vicente Rossi en su obra "Cosas de Negros", citada por Arthur Ramos.


En el Perú existían las "Cofradías", que sacaban a las calles la pantomima de los "diablos danzantes". Estas "Cofradías" las constituían sociedades de índole religiosa, pero en realidad sus finalidades eran para la compra de la libertad de los esclavos. La pantomima de los diablos estaba formada por danzas y cantos; músicas y ritmos que aún se pueden observar en las músicas peruanas, aunque allí priva más el aliento melancólico y tenebroso de la "quena". En Cuba y Brasil se conserva casi en estado virgen el acervo popular del arte negro. Sus músicas, sus sociedades de "ñañigos", "comparsas", "cabildos", "confradías" y "escuelas de samba": sus imagineros de Dioses u "Orishas: sus ritmos y cantos, han sido explotados exitosamente por artistas de todas las especialidades. Lo mismo en Haití y el resto del rosario de islas antillanas, aunque en estos últimos pueblos aún están por descubrirse al mundo un tesoro inmenso en lo que al arte popular negro respecta.


DE LO RELIGIOSO A LO PAGANO


Como dije anteriormente, el arte popular sirvió al negro a maravillas para disfrazar sus cultos primitivos u originarios de su suelo.

El negro cubano en los días que le concedían los amos para festejar, bajo la mirada severa de los "mayorales", en un descanso del trabajo agotador de la zafra ejecutaba sus "danzas de tambores". Allí tronaban las veces templadas de sus "tumbaderas", "chachás", "maracas" y "tumbas", y se danzaba entonando los "cantos del trabajo"; instrumentos y ritmos que han venido a constituir después "marimbulas", "bongoses"; "rumbas", "guarachas" "sones". cristalizados originalmente en las célebres "habaneras", primer traje con que la música cubana salió de la Jungla y que sirvió para excelentes estilizaciones de Joaquín Nin, Eliseo Grenet y otros. En estas "danzas de tambores", el espíritu mágico-religioso del negro hallaba oportunidad de liberarse de las mallas de la estequesis efistlana, "Olorún", "Obatalá", "Yemanyá", "Ifa" y otros Dioses mayores y menores, recibían culto fiel aún cuando recurrieran a transposiciones en los Santos católicos. El culto de la "culebra sagrada" -rito voduista- salía a las calles libremente bajo la apariencia de una simple pantomima "para divertir a los negros y a los blancos". Al final de ella se sacrificaban aves, de acuerdo con lo establecido en el culto africano. Más adelante hablaré de esto. En el Brasil perdura aún la "macumba", adoración o ceremonia ritual que los negros disfrazaban recurriendo a la danza desenfrenada, a las orgías sexuales, pero a través de todo ello rinden adoración a los Iconos y Penates originarios de la oscura tierra africana, a través de, por ejemplo: San Jorge, que no es sino la versión católica según el negro, de "Xangó". Alli resuenan les "atabaques", "Berimbau de barriga" y el "urucungo", a más de Ja "maruxa" o "maruga", instrumentos sagrados que han acompañado a Carmen Miranda en su popularización de la música brasilera en el mundo. 

En lo que respecta a Venezuela, sé positivamente -aunque no he podido dedicarme a realizar estas averiguaciones personalmente, que algunas antiguas sociedades religiosas de los días coloniales, tenían entre sus finalidades la compra de la libertad del hombre esclavizado. Ya hablé de las comparsas en nuestro país y de las pantomimas de Corpus en la primera parte de este trabajo. Ese disfraz de sencillo festival que celebraban los esclavos, bailando y cantando ante los Santos y el cadáver de un niño, les servía para cumplir con sus ritos originales, El "mampulorio" es buen ejemplo de esto, lo mismo el "Baile de San Pascual Bailón". No hemos podido averiguar aún -pues la bibliografía de que podemos disponer es escasa y nuestras posibilidades muy modestas-, qué Dios negros representan San Pascual, el San Benito Negro de los Andes y otras imágenes católicas entre nosotros. 

¿Podríamos asociar al San Benito Negro, con el San Benedicto que adoran los negros del Brasil? En diversas partes de Venezuela existen San Benedicto y Santa Ifigenia, negros ambos. En Barlovento hay unos de escultura posiblemente esclava por su tosquedad no exenta de cierta gracia, según los pudo apreciar Juan Liscano en viaje en que le acompañé a esta región. En cuanto al baile de tambor "Mina", celebrado en honor de San Juan Bautista, si hallamos rastros seguros del culto voduista entre nosotros.

Allí se aprecia la habilidad y la inteligencia de los primeros abuelos de color, para ocultar en el homenaje popular-religioso a un Santo cristiano, un culto perseguido activamente por los sacerdotes españoles.  Cantaban у bailaban "San Juan Guaricongo". Juan Liscano que es un gran investigador de nuestro folklore, trabajos que ha abandonado y que debiera proseguir para provecho de nuestro país, encontró que "Guaricongo" es una palabra que emplean los indios para designar la serpiente. Yo encuentro que quizás en ella se asocien los fonemas caribe-aruacos; "Gua-ri" (agua-rama) sea "una cosa en forma de rama que se mueve como río", y la voz definidora de una línea africana: "Congo", formando la palabra "Guaricongo" o sea: "San Juan de la Serpiente", culto al Santo de la Culebra, rito voduista. Pero en Venezuela los negros descompusieron el culto de la Culebra "dahomeyano" en tres fases: El Baile del tambor "Mina", el descabezamiento de gallos el día de San Pedro (transformación quizás de un Dios africano), y en el propio baile de la Culebra, llamado "Sarambule" "Sambarambulé" (de "Sángala Muleke", voz "yoruba" localizada por don Fernando Ortiz en la obra de este dialecto escrita por J. B. Ellis). 

En otras partes de Venezuela esta voz es pronunciada de diversos modos. Pero estas son cuestiones que publicaré en una serie de relatos que preparo sobre el negro en nuestro país.


LITERATURA NEGRA


En Estados Unidos, Cuba, Brasil y Puerto Rico, se ha escrito una extensa literatura sobre el negro La poesía negra ha producido altos y notables cultores, Guillén Palés Matos. Ballagas, Camacho Ramírez y otros. Por ejemplo,  y como dato curioso encontramos en el magnifico libro de nuestro ensayista máximo, don Mariano Picón Salas, "De la Conquista a la Independencia", unos versos gongorinos del 1609, de puro acento negroide

Pongamo fustana

e ballema alegra;

que aunque samo negra,

sa hermosa to,

Zambambú, morenita del Congs,

sambambú,

Vamo a la sagraria, prima,

veremo la procesión.

(Ob. Cit. Par. 121)


Allí podría hallarse el nacimiento de una nueva expresión poética que ha sido una espléndida revelación en el Arte. Entre nosotros también existen excelentes cultores de la poesía negra. No puede pasar por allí el nombre del gran novelista brasilero. Jorge Amado, el cual con sus estupendas obras "Cacao" y "Jubiabá", tiene parte preponderante en el interés que han despertado las cosas de su país en el mando, sobre todo en lo que se refiere a las costumbres y vida negroides. El "Tamborito" que interpretan Calcaño y su Conjunto, es una delicada poesía de Gabriela Mistral inspirada en las cosas de los negros panameños. Calcaño emplea la música. la vieja música folklórica de los negros y mulatos de Panama para decir este poema. Los "tamboritos" son unos instrumentos y cantos de los hombres de color del listmo, donde se observa empero, una fuerte influencia de indio americano. Estos "lamboritos" acaso respiren el aliento bravio y rebelde de aquel terrible Bayamo, negro que, a semejanza de Miguel en las minas de Buría, se levantó contra los españoles y fundara un reinado fugaz en un intento de ser libre y libertar a todos los de su raza. Y que cayera victima de la traición de Orsúa en tierras panameñas. El "Sensemayá" de  Guillén, es una estilización de "Baile de la Culebra" cubano. Ya me referí al "Sarambulé" o "Sambarambulé" nuestro, Calcaño logra en este poema la magia expresional empleando los colores simbólicos del negro, blanco y rojo, o sea la vida y la muerte; los poderes brujos, las influencias desconocidas, la hipnosis religiosa que la serpiente sagrada ejerce sobre el espíritu. Blanco, para hacer una petición a los Dioses oscuros y rojo en señal de que se ha alcanzado. Nuestro gran recitador se supera en este poema del más alto intérprete de la poesía negro-americana. A propósito de lo que tenemos dicho, consideré un error garrafal seguir creyendo en el origen indio del rito de la serpiente, como pudieran hacerlo suponer esos sujetos que sacan por allí la pantomima en cuestión pintarrajeados de indios en días de Carnaval. En el poema "Elegía del Niño Negro" o "Mampulorio", que Calcaño realza adaptándole la música de este acto semi-ritual, se encuentra la pureza ingenua y el arma sin dobleces del negro, donde no obstante aflora la injusticia social de un mundo mal organizado sobre valores discriminativos raciales, salvándose el puro misticismo de los seres que esperan siempre una vida mejor, ultraterrena.

Una cosa muy curiosa es el "Malembe". originariamente "Malambo", nombre genérico de una "línea" africana "bantú" y con cuya denominación los esclavos bailaban el último día de San Juan, al despedirse del Santo para volver a la hacienda y a las recias casonas. En un trabajo que publiqué en el diario "Ahora", hace un año, traté el asunto, encontrando y cada día estoy más convencido de ello que "malambe", por el mismo hecho de ser un canto de dolor y esperanza, significa: fatalidad, "mal golpe", mal inevitable", por que en realidad esta palabra está constituida por una voz castellana y otra de origen africano, a saber: Mal (español), y "embe" o "embós" (que quiere decir "daño" embrujamiento en dialecto "yoruba", según el libro de Ellis, que cita don Fernando Ortiz).


En mis próximos relatos sobre el negro en Venezuela plantearé estas cuestiones comparativas que se refieren a costumbres, arte milenario, cuentos de animales, cofradías o sociedades religiosas, léxico, ritos básicos y de paso, así como diversos aspectos sociales y económicos del negro en Venezuela. 

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