sábado, 4 de marzo de 2023

"ÉLITE DESNUDA AL ÁNIMA DEL TAGUAPIRE"

 



Nuestra primera crónica sobre el impresionante culto al Anima de Pancha Duarte nos abrió el apetito quedaba mucho por decir

Por eso, en viaje de largas horas, bajo un sol inclemente fuimos a Santa María de lpire y participamos allí de un ritual asombroso velas, exvotos, invocaciones....

Es una fé que ya llegó a Caracas


Por LUCY GOMEZ

Fotos HUMBERTO J. GONZALEZ

¿DE DONDE VIENE la enorme devoción que existe en el llano, y ahora crece en Caracas, por el Anima del Taguapire, en vida Francisca Duarte? Son interesantes las mecanismos por medio de los cuales traspasó sus linderos primigenios hasta convertirse en objeto de un culto que no desdice del que se rinde a algunos santos, o a mitos como el de María Lionza, el Negro Felipe o el doctor José Gregorio Hernández. Hay más de quinientos kilómetros desde Caracas hasta el Guárico, hasta esa población de Santa MarÍa de Ipire, centro geográfico de la devoción tejida en torno al Anima del Taguapire. De día, el largo camino es inmenso y verde. A la vera de la carretera, pequeñas casitas triangulares, algunas con grandes cruces, señalan las tumbas de personas fallecidas por muerte violenta. Ellas también son ánimas, en la creencia de los sencillos pobladores


SANTA MARIA ESTA RESECA


Santa Maria de Ipire es un pueblo largo y estrecho. Su tierra es roja, en las casas no hay agua. "Las promesas del Presidente Carlos Andrés, no se han cumplido. Vamos a ver si el Anima nos hace el milagro: hace tres años que estamos en la sequía", se esperanzan algunas vecinas.



Afuera de una de las casas, una viejita muy arrugada, María de García responde a nuestras preguntas sobre Pancha Duarte Si quiere saber de sus milagros, yo le puedo contar mi historia. -Muestra doliente su pierna, llena de manchas más oscuras que su piel morena- Yo sufro de flebitis. Le pedí que me la aliviara y ella me lo ha concedido. Mi marido también es muy devoto de "Panchita".

Cuadras más allá, Ramona de Laya, una señora respetada y conocida en toda Santa María, explica: "Ella es como la santa del pueblo. Hace muchos favores. Esa capilla que tiene, y todo lo que le regalan, se lo ha ganado en buena ley. Fíjese, que incluso el viejito que cuida la capillita está pagado por la iglesia y le responde al cura por la administración. Porque es la iglesia, la que se beneficia por los regalos que se le hacen. ¿Cuántas veces no tiene que salir el cura a dar misa allá, por promesas que muchos le hacen a Pancha Duarte? Y cuando se ofrece una promesa de un cuadro, porcelanas, regalos, se le da el dinero al cura, para que él lo mande a buscar..." Recogemos algunos recuerdos de gente que conoció a la mismísima Francisca Duarte. La señora Mercedes de Bastidas explica que, físicamente, era distinta a como aparece en las estampitas que venden en Caracas y al pie del mismo Taguapire, donde está la capilla: "Mire, ella no era negra así, como la pintan, y además tan fea. Era catira de ojos azules y no vivió en el hato de Natalio Martínez, sino que fue criada en Barrialito, eso si, pero, por una familia millonaria, que todavía es dueña de ese hato, llamada Ron".


-Doña, ¿Qué sabe de su vida? -Bueno, lo que sí sé es que ella murió en un tiempo en que no habla carretera, y la quebrada que está de Pariaguán hacia acá, la de Santa Lucia, se llenó de agua y no dejaba pasar al cortejo. Ella ya estaba oliendo mal, porque tenia dos días de muerta, y cuando intentaron de nuevo pasar para acá, no la pudieron levantar, porque se les puso pesadisima. Así que decidieron enterrarla en el mismo sitio... unos dicen que se habla muerto del parto de su primer hijo. Otros que tenía paludismo, pero en realidad no se sabe..."










UNA IGLESIA COMPRENSIVA


El padre José Madrazo es el párraco del pueblo de Santa María. El dos de febrero de cada año, a las seis de la mañana, en el día de la Virgen de la Candelaria -patrona del pueblo- va a Taguapire a oficiar una misa en la capilla de Francisca Duarte.


Es el mismo sacerdote quien nos recibe en una amplia casa parroquial, hasta donde llega el sofocante calor del llano.


¡Se poco, en realidad de Pancha Duarte. Sólo conozco que vivió a principios de siglo, por 1901-1902, según los registros de un padre de esos años apellidado Rodríguez. Al principio aquí se le pedía uno que otro favor pequeño hace un ademán como minimizando el asunto que si se perdía una cava, que si se deseaba marido... Pero desde que se hizo la carretera de Oriente al centro comenzó a ganar fama-..


-¿Pero, en realidad, hace milagros?


-Mire- dice como dudando el padre, usted sabe que el contacto con la divinidad lo hacemos con causas segundas, auténticas. Si nos quedáramos en lo relativo al ánima sólo, sería fetichismo. Este es un culto en relación con la divinidad. Además, nadie se va a poner a averiguar como le llegó un favor... los sentimientos religiosos son subjetivos. Nosotros no somos quiénes para medir eso: En Italia hay un culto a San Antonio de Padua, y es prácticamente lo mismo; como en Venezuela lo son también el de María Lionza o el del doctor José Gregorio Hernández: flores, velas, muchos ex-votos...  sustancialmente, teológicamente es el mismo fenómeno.


-Pienso- el cura de pueblo sonríe nervioso cada vez que se le toma una foto- que es fundamentalmente lo mismo que, pongamos por caso, la devoción a María Lionza... el hombre necesita tener fé, un apoyo... Esto es espontáneo en el hombre de cualquier época y condición.


ADORACION Y MIEDO


A cinco kilómetros de Santa Marla de Ipire, del lado izquierdo de la carretera, viniendo del centro de Venezuela, hay una capilla coronada por un pequeño campanario: el santuario del Anima.


Hacia el fondo de la habitación, dos reclinatorios. En el Afuera, aguardan muchos centro, el túmulo, la tumba de Pancha Duarte, repleta de flores recibe una primera impresión opresiva y oscura, contrastada por las infinitas velas encendidas y los objetos, al principio indistinguibles que cuelgan de las paredes.


En detalle, acercándose más se ven velos y trajes de novia, ya sucios por el humo y hollin de las velas, retratos de todos los tamaños y tipos, placas de metal, que dan las gracias por favores recibidos. Retratos de Pancha Duarte. Una foto del ex Presidente Rafael Caldera, enviado, por alguien que rogó a Pancha Duarte que aquél triunfara en 1968.. Una foto de los Tigres de Aragua, cuando ganaron el campeonato 74-75. En el suelo, dos títulos universitarios, uno de ingeniero mecánico y uno de abogado, pertenecientes a naturales de Santa María de Ipire. Títulos de Secretarias, de bachilleres. Libros regados por el suelo en insólita profusión.

Hacia el fondo de la habitación, dos reclinatorios, en el centro, el túmulo, la tumba de Pancha Duarte repleta de flores de plástico. 


 La atmósfera es opresiva, calurosa hasta lo imposible. A cada minuto entran personas rezando, pidiendo, dirigiéndose hacia el altar que queda enfrente de la tumba, donde se alinean en confusión la virgen María, el doctor José Gregorio Hernández y dos o tres santos con las caras negras por el humo de las velas. Por todas partes, velas, sudor, un mal olor de cuerpo sin lavar, de amontonamiento. Una familia: una joven que carga un bebé, un hombre y dos muchachas, acompañados por una mujer de mediana edad, morena, vestida de rojo y verde.


Un joven está rezando en el reclinatorio. Pero se queda mirando absorto a la mujer mayor, cuando ésta saca de su cartera un gran tabaco, lo prende y empieza a rezar: "Grandes espíritus y potencias, gran poder de Dios, dénle mayores luces y permitenle hacer más gracias al Anima de Francisca Duarte". Fuma incansablemente su tabaco. El niño empieza a llorar. Ella musita varios padrenuestros, y de pronto hace chasquear repetidas veces los dedos en una especie de "pase magnético".


"Potencia de la luz, potencias poderosas, concédanme el favor que les pido por el intermedio de la gran Anima del Taguapire bendita". La muchacha saca al bebé de la escena, el tabaco se acaba. Por un momento salgo de la capilla, porque el calor y el ambiente pesan terriblemente.


La puerta se cierra tras de mí. Cuando vuelvo a entrar, toda la familia está rezando y otras personas llegan a colocar más velas... Es un fluir incesante de fieles.


Hay un aire pesado, enrarecido. Se necesita fuerza de voluntad para permanecer por mucho tiempo en aquel sitio caliente.


Afuera, la señora Antonia de Salazar y su esposo -El matrimonio que limpia el sitio -explican que está abierto día y noche, y que lo asean de madrugada: "Lo que yo le pida me lo concede", dice la señora Salazar. Ella tiene su pequeño negocio de velas y estampitas, de patillas y queso de mano, al lado de la iglesia y del Taguapire hijo de aquel famoso bajo el cual enterraron a Francisca. "Aquél fue derrumbado cuando se hizo la capilla pero quedan retoños del árbol ese".


MOTIVOS DE UNA REVERENCIA


El recuerdo de acciones inexplicables para la fe sencilla de los llaneros, el respeto a los muertos, la creencia en que persiste el alma de aquéllos vagando junto a los vivos, conforman el principio de un culto como el de Francisca Duarte. La tradición convierte en territorio sagrado su tumba y los alrededores. Los pobladores de Santa María y las zonas ale- dañas se obligan a rendirle pleitesía, a solicitar su protección. Se la desagravia y se la adora. Por todos los contornos de Santa María, Barrialito, Pariaguán, El Tigre, ha crecido una adoración que alcanza a los camioneros, gandoleros y auto buseros que se detienen al lado de la carretera, junto al reducto de Pancha Duarte.


La fe que necesitan muchos hombres se concreta y alimenta así en cierto terror que acompaña a la memoria de los muertos, capaces según creencia- de hacer mucho bien y mucho mal: el Taguapire ha oído muchos deseos. Aunque en la estampa y el libro que se venden en Caracas se especifica que solamente se le ruegue lo bueno...


El culto crece. La fe de cada uno en que alcanzará lo que desea en la vida, se incrementa con ayudas sobrenaturales como la devoción por Pancha Duarte, el Anima de Taguapire.

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