ORACIÓN
Señor del Universo
y cautivo de nuestro miope egoismo:
tú, Jesús, eres el Dios de los contrastes.
Tu rostro de dolor
es la sonrisa del mundo;
tus manos atadas
son la omnipotencia que salva;
la corona de espinas que te cubre la cabeza
es promesa de alegría y de paz.
Creo en tu amor, Jesús Cautivo;
creo que es bendito quien siempre permanece en ti,
incluso cuando el camino
atraviesa el misterio del dolor.
iLíbranos Jesús Cautivo!
Líbranos de las voces que buscan alejamos de ti.
Haznos capaces de no aceptar jamás las invitaciones del
egoismo y del pecado
Haznos capaces de ver el dolor de nuestros hermanos
y de donar a cada uno un poco de alegría. Amén
(s. Maria Collino, FMA)
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