La misteriosa diosa Yara, recreada por el artista Erickson Ludewig. La imagen surge desde la interpretación y resignificacion de diversos relatos orales registrados en las serranias del Monumento Natural Maria Lionza por el colectivo ECOUS (Archivo Maria Lionza 2012/2014)
La oralidad yaracuyana nos cuenta que asi se presenta la imponente diosa Yara hermosa mujer de piel canela, caderas ovaladas y ojos tristes, cuyo negro cabello liso, hasta la cintura, rememora su origen caquetío. Muchos aseguran haberla visto a orillas de las quebradas a menudo sentada sobre las rocas, lavándose los pies o rondando silenciosa la noche sobre las serranías, junto a una legión de cocuyos de cetrino brillo y a su paso, una danta o una onza (leoncillo o león de montana).
En esta representación artística, la diosa Yara tiene un rostro de rasgos mestizos y el cuerpo canela cubierto de trazos inspirados en los pigmentos propios de la casta guerrera indígena. A su espalda la mariposa azul (morpho pelleides), refleja una de las formas icónicas en que la diosa se muestra en la naturaleza y se comunica con sus creyentes. Madre del oro y madre de las aguas, la identidad de la diosa surge desde la mixtura entre creencias de origen amazonico, caribe y caquetio que encarnan en su figura la fuerza devoradora de las aguas y la abrumadora belleza de la naturaleza venezolana.
Texto. Soledad Vasquez (ECOUS 2015)
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