Por: Lic. Luis Gallardo
Este instrumento de orden sagrado representa, representó y representará para la ritualidad marialioncera una fuente fundamental dentro del culto. Este instrumento según relata Antolinez G, "es de origen centro americano, la maraka nos llego con las migraciones arawak" convirtiéndose en el instrumento principal de piaches, mojanes, gasgas o chamanes y hoy debería ser herramienta primordial de cultistas, sacerdotes, sacerdotisas y maestros del culto. La maraka con este nombre españolizado, no es más que etimológica "la cosa violenta, fuerte y venenosa del cielo" pero que para la mayoría de los pueblos indígenas es un símbolo e instrumento sagrado y para muchos pueblos de tronco Guaraní "su fuerza mágica y su santidad reside en su voz" voz, fuerza y magia que hoy sentimos ha desaparecido del culto y el ritual, los altares y panteones en el que se sostiene el culto femenino más importante de esta parte del planeta.
La maraka debemos dejar de mirarla como el simple sonajero que acompaña a la música llanera, a la parranda en honor a San Juan Bautista o en los sones de negros. Debemos mirar en estas tres manifestaciones y en otras tantas de la tradición venezolana a este instrumento, como un acompañante más de nuestra música; es justo y necesario mirar que la misma es la pervivencia de Maria Lionza en la religiosidad y en la vida venezolana. Ver la maraka ejecutada invocando al cielo, en la mano de una mujer afrovenezolana representa sin duda alguna a nuestra Diosa como fuente principal en el camino del sol cuando viaja hacia su punto más elevado; ver la maraka ejecutada en las manos de un maraquero en un joropo, es ver la semejanza de nuestros chamanes en la ritualidad originaria.
La maraka está constituida por semillas y fragmentos de cristal de roca encerradas en la tapara o camasa, así como las plumas que la decoran que son de aves sagradas, donde cada uno de estos elementos representa los espíritus que tienen un vínculo directo con el médium o espiritista, además de vincular al mismo con la naturaleza, es decir, con la Diosa. Es tanta la relación de la maraka con Maria Lionza que Antolínez señala "Que un cachicamo cazaba sonando una maraka que tenía en la patica, entonando la siguiente estrofita: Taka naimo poi; marapa sakauma nui (de salvaje váquiro la maraka yo toco) sakauma nui, sakauma nui. (Yo toco, yo toco)" lo cual pareciera es una petición que hace el sacerdote, sacerdotisa, cultista o maestr@ para sanar, cuidar, proteger y dar progreso a sus seguidores.
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