La famosa monarca de Sorte es
adorada en los altares levantados en casi todos los estados del país por más de
un millón de fieles. Famosos políticos y deportistas figuran entre sus más
fanáticos creyentes.
Por.
Freddy Jiménez C.
Lo sobrenatural, lo
misterioso, la magia y la brujería siempre han aparecido en la historia de los
pueblos. Es como una búsqueda de otros caminos para evadir la difícil realidad
de las diarias calamidades. Es acaso, también la respuesta la respuesta más
fácil que el hombre ha encontrado ante las grandes interrogantes de la vida, o
como lo señalan algunos científicos, una manera de sometimiento de los pueblos
por parte de las clases dominantes, formando una falsa conciencia en ellos. Sin
embargo, es un hecho claro que docenas de miles de personas de distintos
niveles sociales se han visto atraídos por estas creencias, que en nuestro
pueblo, al igual que toda América Latina, proliferan cada día más.
El
entrecruzamiento de las creencias:
En Venezuela, estas creencias
se entremezclan de manera especial, siendo bastante difícil poder
diferenciarlas, a pesar de que existan diversos centros de promoción y
enseñanza. Podemos encontrar hoy en día a la brujería, el ocultismo, la
hechicería, la adoración de las ánimas, los yerbateros y curanderos, el
sincretismo o la fusión de creencias, etc.
Algunas de éstas prácticas
eran ya conocidas por nuestros aborígenes de la pre-colonia y más tarde se
mezclaron con las supersticiones de los blancos europeos y negros africanos. La
antropofagia y los tótems de nuestros indígenas conocieron el vudú negroide y
la hechicería europea predominante en la Edad Media. Sin embargo, posterior a
esa época han llegado a nuestras tierras distintas creencias provenientes de
diversas partes del mundo. Así tenemos a los rosacruces, el espiritismo y el
espiritualismo, la metafísica, los libros de Joaquín Trincado (español) y Allan
Kardec (francés), el misticismo, etc.
El
encanto de la Montaña de Sorte
En Venezuela una de las
creencias que más fuerza ha tomado es la adoración a la Reina de las Montañas
“María Lionza”. ¿Mito? ¿leyenda? ¿expresión autóctona de lo sobrenatural? a
través de los años y tal vez siglos este nombre ha sido invocado a lo largo de
nuestra geografía sin importar el nivel económico, cultural, social e incluso
de distinción política.
Tiene como centro principal la
montaña de Sorte, perteneciente al maciso de Nirgua, que se levanta en las
afueras de Chivacoa, en el estado Yaracuy. De esta serranía, 22 kilómetros
están dedicados al culto de la Reina y a las más diversas prácticas de
ocultismo. Está formada por distintas entradas como son: Buchicabure,
Carirubana, Mirimisas, El Sorte, Lagartija, Aracal, Quivallo, Loro y
Tacarigüita. A lo largo de Sorte y en cada una de sus entradas, la montaña
presenta claras muestras de los adoradores de la Reina. No pasan cien metros sin
encontrarse altares (construidos formalmente o improvisados), dedicados a
Santos, Caciques indígenas, negros esclavos, héroes de la independencia y
personajes propios del culto espiritista, símbolos distintos sobre la tierra y
en los árboles, escritos en clave, velas colocadas sobre piedras y grutas, en
los matorrales, a lo largo del río, botellas de ron, tabacos y diferentes
prendas personales. Son claras muestras de la fe y el rito. Todos estos
elementos sumados a lo tupido de la vegetación, lo siempre misterioso de los
ruidos montañeros, lo atractivo del río y su continuo correr, le dan a la
montaña de Sorte un verdadero ambiente mágico, misterioso y de inesperado
encanto, capaz de facilitar cualquier acto de brujería o rito sobrenatural, aún
más si éstos se efectúan a las horas de la noche, cuando el sonar de tambores y
las permanentes fogatas son de obligatoria utilización.
Todo se presta para que en
este sitio nazca la leyenda: La de la Reina María Lionza. Sus propios seguidores presentan distintas
opiniones sobre su origen, para algunos fue hija de un español y una india, de
vida sencilla y normal, capaz de conmover por su bondad y amor a los animales,
que al morir joven y virgen, por enfermedad desconocida, los pobladores de la
zona empezaron a invocarla para solicitar su ayuda. Otros dicen que era una
reina indígena que fue encantada en la montaña, sin embargo, su ubicación cronológica
no está clara, puede ser en los inicios de la conquista o mucho antes de la
llegada de los españoles.
Los
otros lugares de adoración a María Lionza
En toda Venezuela existen
centros de adoración a María Lionza. Las grandes montañas, con la presencia de
sus ríos, su fauna y flora virgen, son testigos de caravanas que creen
encontrar en la comunicación con lo sobrenatural un acto de esperanza. Así
encontramos en el Estado Portuguesa, las montañas de Agua Blanca (dicen que es
el centro de los espíritus del mal). En el Estado Lara: Buena Vista, situado en
Duaca, Salto Ángel en la Miel, quebrada del Vino, en Carora; Tapialito entre
Lara y Falcón. En el Estado Yaracuy: El Cambural en Yaritagua, la Gotera en
Chivacoa, las Minas de Aroa, Los Aguacates en Nirgua. En los Andes: La laguna
del Toro, Biscucuy en Trujillo. En Oriente: La cueva del Guácharo en Monagas.
En el Estado Miranda: Barlovento, Río Chico, la quebrada de la Virgen en Los
Teques. En Aragua: Los Chaguaramos, Las Delicias, Choroní. En Caracas: En el
Junkito, el río Limón. En Falcón: El cerro de Galán, el río Los Remedios y Los
Botalones.
El
altar de María Lionza
El culto se expresa de manera
casi homogénea en todo el país, en la invocación de los espíritus, bien en un
ambiente natural, como las montañas y ríos o frente a un altar rigurosamente
decorado, recargado de figuras, retratos, estatuillas, vasos con licor,
tabacos, cigarrillos en cruz, chucherías, promesas escritas, etc. Todo altar
está presidido por la Reina María Lionza, “monarca de las 40 legiones, formadas
por 10.000 espíritus cada una, sus hermanas Margarita, Guillermina y de las
Flores, la Corte India: Con el Cacique Guaicaipuro y el Indio Mara; la Norte Negra: Con el Negro Felipe, la Negra Francisca, el Negro Miguel, la Negra Matea; La Reina María La Onza, (para unos la madre de la Reina María Lionza,
para otros la misma María Lionza, pero para malos negocios), además de
diferentes santos católicos y figuras como José Gregorio Hernández y Simón
Bolívar.
En estos sitios prevalece lo
primitivo, el atraso cultural y lo paupérrimo, que contemplan el escenario,
donde brujos curanderos y yerbateros y médiums, demuestran un claro e innato
conocimiento de la psicología humana, que los convierte en los personajes
claves de todo el culto.
Los
brujos más famosos
El trabajo de los brujos en
Venezuela, se remonta a la misma leyenda. Sin embargo, podemos nombrar entre
otros, algunos de los más antiguos y famosos en este oficio; Lino de las
Mercedes Valles, de Chivacoa, de quien se dice, fue el último en hablar con
María Lionza; Rosa Emilia Soteldo y Rómulo José Corobo, también de Chivacoa,
con más de 30 años de práctica; Negrín, nombrado brujo de principios de siglo
(incluso hay una calle de Sabana Grande que recibió su nombre), Alejandro
Torrealba de San Casimiro; Marcos Lobato y el brujo Andrés en El Valle y Santa
Teresa en Caracas; Juan Antonio Castillo en San Juan de los Morros; José Azuaje
y Flor Arias en Barquisimeto; Rafael Linares en Sabana de Parra y Alí Griman en
Urachiche. De todas maneras, hoy se estima en más de 20.000 los practicantes y
cerca de un millón de creyentes y fanáticos.
Entre los brujos se pueden
encontrar distintos niveles: Los que sirven de banco para ayudar a invocar a
los espíritus, los que hacen de materias para recibir a las ánimas, los
médiums, los que llaman a los espíritus superiores, los que hacen de
curanderos, etc.
Es de hacer notar que muchos
de estos personajes hacen su vida normal, manteniendo su práctica en total
silencio; sin embargo, los hay a tiempo completo e incluso recibiendo jugosas
ganancias por sus consultas.
Cuando
María Lionza y la política se unen.
Los adoradores de María Lionza
no han permanecido alejados de la política, ya que parecen también atraídos por
esta interesante actividad. Por ejemplo, se recuerda la campaña que efectuó la
sacerdotisa Beatriz Correa en favor del F.D.P., por la candidatura de Lorenzo
Fernández (pero esta vez sin respaldo de la Reina), el impulso que algunos
brujos de Chivacoa le dieron a la Cruzada Cívica Nacionalista en 1968. El
proselitismo en favor de COPEI que realiza el brujo Torrealba en San Casimiro,
que ya nombramos, y hasta los brujos de izquierda podemos señalar como Corobo
de Vanguardia.
La creencia en María Lionza,
el espiritismo, lo esotérico, no tiene límites económicos, sociales o políticos
en nuestro país, los creyentes provienen de diferentes sectores, incluso
renombrados personajes de la vida nacional aparecen entre los que siguen el
culto espiritista: Eugenio Mendoza, Juan Vicente Gómez (quien tenía siempre a
la mano a la bruja Ignacia y al famoso Negrín), Marcos Pérez Jiménez (quien al
principio reprimió a los practicantes, pero luego hizo pactos con la Reina
María la Onza) construyendo en Caracas esa famosa estatua en su honor y un
monumento en la montaña de Sorte), el almirante W. Larrazábal, Rómulo
Betancourt (que mantuvo una oficina en Miraflores conocida como el despacho de
los brujos, donde pocas personas tenía entrada), Leonardo Montiel Ortega, el
Morocho Hernández, Luis “Lumumba” Estaba. Incluso algunos brujos han dicho que
el presidente Luis Herrera Campíns visita periódicamente las montañas de Agua
Blanca en su Estado natal.
No hay duda que la leyenda de
María Lionza, es autóctona, que aparece vinculada a toda nuestra historia, que
en su culto se nota una constante exaltación nacional. Es normal ver en los
altares la Bandera Nacional u oír el Himno confundido con las oraciones. Sin
embargo, el rito que se desarrolla es una mezcla de creencias que provienen de
otras tierras.
En el resto de América Latina
existen ritos parecidos al nuestro, por ejemplo la llamada reina del mar, en el
Brasil, pero guardando las peculiaridades de cada país.
Creemos que la descripción de
los mitos y leyendas de nuestra patria es una tarea todavía inconclusa, que su
historia forma parte de la historia menuda de Venezuela, que su profundización
nos llevará a entender con más claridad la idiosincrasia y los valores del
venezolano, su manera de ver las cosas, sus creencias, sus inquietudes, los mecanismos
de dominación y manipulación social que se desarrollan.
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