sábado, 27 de abril de 2013

Juana de Dios: “Hay que votar. Ya yo perdí la cuenta de las veces que he votado”



En Quibayo y el mundo Juana de Dios Martínez es conocida por ser la sacerdotisa de “la reina María Lionza”, a quien espiritistas y creyentes rinden culto en la montaña de Sorte, en Yaracuy. 

La creencia es identidad de una parte del gentilicio de esta localidad. Su presencia evoca sabiduría y serenidad. Recibió al equipo de Tuvotomóvil vestida con una colorida bata africana. Llevaba su cabeza cubierta, y en ella reposaban también unos lentes oscuros. 

Su rostro refleja la experiencia adquirida durante los 59 años que ha dedicado a venerar a la leyenda de María Lionza. Juana de Dios ha visto mucho. “Soy Patrimonio Cultural del estado Yaracuy”, dice. Por su altar privado –llamado también portal- han pasado políticos, militares, curas y artistas. Vienen a verla de todo el mundo para consultarle sobre el futuro, librarse de males y “destrancar” los caminos. “Aquí han venido políticos, sobre todo el tiempo de elecciones”, expresa. 

A cambio, le han prometido de todo, desde arreglar las vías que conducen a La Montaña, hasta un elevado que iría hasta el sector Las Tres Casitas, ubicado en Chivacoa. 

“Cuando ganan, no cumplen”, se lamenta. Habla suave, casi en susurros. De pronto parece que estuviese contando secretos: las cabezas se inclinan para no perderse detalle, sobretodo cuando se le pregunta sobre quién ganará las elecciones. “Eso es un secreto”, apenas se le escucha decir. “Yo me paro en medio de los dos y sólo espero que haya paz”, dice Juana de Dios Martínez, la “elegida” de María Lionza, refiriéndose a los candidatos. 

A sus 85 años ha votado en todas las elecciones. 

Aseguró que incluso participó en los comicios en la época de Marcos Pérez Jiménez. “Hay que votar. Ya yo perdí la cuenta de las veces que he votado”, sostiene. Su picardía A Juana de Dios no se le escapa una. A cada quien le canta sus verdades. Narra que una vez la llamaron de Caracas, cuando se llevaron el monumento de María Lionza de la Autopista Francisco Fajardo hasta la Universidad Central de Venezuela (UCV). Allí se encontró con su rival, la sacerdotisa de “la reina” en Caracas. 

“Ya yo la había visto por televisión diciendo que se prepararan porque Chávez se iba, y que la sangre correría por las calles de Caracas. Dijo que María Lionza se le sentó en la cama y le dio la revelación. Cómo se le ocurre decir eso cuando la gente vive estresada”, cuenta. 

Juana de Dios se preparó para echarle el agua bendita a la estatua, cuando la otra la detuvo, advirtiendo que ambas bendecirían la imagen. Juana de Dios le dio un parao en seco: “Yo le dije: ‘Lo lamento mucho, pero usted es tronco de embustera. Cómo va a decir que María Lionza se le sentó en la cama, si yo vivo en esa montaña y a mí no se me ha sentado. Además, cómo cree usted que María Lionza va a subir los cinco pisos del apartamento donde usted vive. Ah? La que le va a echar el agua soy yo’”. 

Juana también ha sido víctima de la inseguridad. Recuerda que una vez se encontraba en La Montaña “bañando” a dos creyentes cuando llegaron tres malandros armados. 

“El primero tenía un 38, el segundo tenía una pajiza y el tercero traía un cuchillo”. Uno de los tipos le dijo: “Quietos que esto es un atraco… vieja, quítate esos zarcillos”. Y en eso ella, casi sin inmutarse, le respondió: “son de Gold Field, eso no te alcanza ni pa’ un pito e’ marihuana”. 

Uno de los choros le dice al otro: “Chamo no te metas con esa señora, que esa es otra María Lionza”. Los sujetos robaron a todos, menos a ella. “Sería pendeja yo, pa’ decirles que eran de oro”.

FUENTE:  Tuvotomóvil 

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