La Fundación Alejandro Colina
emitió un comunicado el 10 de junio de 2004, a cuatro días de la fractura de la estatua de María Lionza. El cual remitimos a continuación:
La Fundación Alejandro Colina
(FACOL), en una asamblea realizada el día lunes 7 del presente mes, celebrada
en Caracas en el aula de postgrado N° 16 de la Facultad de Humanidades y
Educación de la UCV, debatió sobre un tema que nos concierne a nosotros y a
muchos venezolanos: la lamentable fractura de la obra escultórica María Lionza,
creación del insigne escultor Alejandro Colina.
Como organización no
gubernamental de carácter cultural nuestra misión es velar por la conservación
y preservación de toda la obra del escultor, dispersa en gran parte del
territorio nacional. No sólo esta obra merece nuestra atención; existen otras
esculturas en estado de deplorable deterioro pero en el caso específico de
María Lionza distintos informes de expertos nacionales y extranjeros
certificaban su estado comatoso y la tendencia a la aceleración de los daños y
su inminente desplome. Desde la fecha misma de nuestro nacimiento, el día
20-11-02, FACOL redactó la Declaración de Emergencia de la Escultura de María
Lionza, publicada a comienzos del año 2003. Es decir, ante la EMERGENCIA se
requerían acciones urgentes e inmediatas, como se ameritan ahora.
Lamentablemente, la profunda fractura reciente nos dio la razón.
Mantenemos los planteamientos
del PROYECTO DE RESCATE INTEGRAL DE MARÍA LIONZA, una de cuyas
consignas es “ conservación es igual a restauración y réplica” y
que se fundamenta en criterios profesionales sólidos en el área. Según lo
estipulado por los institutos internacionales de conservación, cuando una obra
de arte presenta extremo grado de deterioro, debe restaurarse y ubicarse en un
espacio cubierto o semi-cubierto de un museo. En el lugar tradicional de la
pieza original suele colocarse una réplica con nuevos materiales que aseguran
su perdurabilidad y resistencia en el tiempo. En este caso, en la autopista
Francisco Fajardo existen demasiadas condiciones hostiles y “patologizantes”:
smock, humedad, vientos y altas vibraciones. Nos ha interesado siempre respetar
todas las dimensiones de la obra: artística, urbanística, antropológica. Según
los conceptos señalados anteriormente no avalamos el lugar de la autopista para
la pieza original, pero sí para una réplica que respete su carácter de ícono de
la ciudad de Caracas.
No tiene sentido ni lógica
algunas dos María Lionzas al aire libre en la misma ciudad. No avalamos su
ubicación en la Plaza de los Museos. La respetable práctica del culto
distorsionará el concepto urbanístico de ese entorno. Distintos expertos han
señalado la discordancia conceptual y proporcional entre el espacio y la obra.
En el mes de julio del año
pasado, Fundapatrimonio atendió nuestro llamado de emergencia; solicitó y
contrató la asesoría de la Asociación de Restauradores Sin Fronteras. Dos de
sus representantes, junto a funcionarios del Consejo de Preservación y
Desarrollo de la UCV, del Instituto de Patrimonio Cultural, Fundapatrimonio,
miembros de la Fundación Alejandro Colina y otros expertos nacionales,
conformaron una mesa técnica que trató el tema ampliamente, con un carácter
multidisciplinario e interinstitucional.
A partir de un momento María
Lionza se enmarcó en el plano de la polarización política y todos hemos
observado la confrontación entre Fundapatrimonio y la directiva de Copred de la
UCV. FACOL nunca ha formado parte de ese conflicto y ha optado siempre por
soluciones negociadas. PROPONEMOS QUE SE EXCLUYA A MARIA LIONZA DE LA
AGENDA DE LA POLARIZACIÓN POLÍTICA Y LLAMAMOS AL DIÁLOGO Y AL ENTENDIMIENTO
ENTRE DICHAS INSTITUCIONES.
María Lionza pertenece
simbólicamente a todos los venezolanos. El rescate de una obra de carácter
patrimonial, de la cual se han apropiado positivamente distintos colectivos,
amerita acciones concertadas entre Copred de la UCV; Fundapatrimonio y FACOL,
como representante legal de los derechos de autor.
Las acciones de restauración
tienen que ser inmediatas y en un espacio que asegure su protección y custodia
las 24 horas del día.
Si bien reivindicamos
en primer lugar el carácter artístico de la obra, reconocemos sus otras
dimensiones, entre ellas, su transformación en un monumento de culto. Pues
bien, luego de la restauración de la obra original, deben establecerse
estrictas normas de uso y dispositivos para el culto que aseguren la
preservación de la escultura. Desde una organización laica, académica y
cultural como FACOL, pero respetuosa de la diversidad y de las minorías,
llamamos a los creyentes al diálogo y los exhortamos a comprender y apoyar las
urgentes acciones de restauración. Agradecemos todo el afecto manifestado hacia
la obra.
FUNDACIÓN
ALEJANDRO COLINA
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