El 6 de enero de 1562 se
logra la primera gran victoria de los pueblos ancestrales bajo el mando de los
Caciques Guaicaipuro y Terepaima, quienes junto con los guerreros de las
tribus: Teques, Caracas y Mariches, derrotaron a las tropas invasoras españolas
conducidas por el capitán Luis de Narváez.
Esta victoria, significó la
liberación de los territorios del centro de Venezuela, durante varios años, ya
que los invasores, temían a la ferocidad con la cual luchaban nuestros
ancestros guerreros.
Antecedentes y Resistencia
Indígena
Los españoles por varios
años habían intentado explorar la zona montañosa del litoral central de
Venezuela y fundar asentamientos permanentes en los valles controlados por los
indios caribe. Desde 1555, el mestizo Francisco Fajardo aprovechando su
ascendencia aborigen y el dominio de la lengua indígena, fundó en la costa la
Villa de El Collado (actual Caraballeda) y en el valle de los caracas el Hato
de San Francisco (antecedente más antiguo de la actual Caracas) cerca de la
confluencia de los ríos Valle y Guaire, y se enteró de la existencia de oro en
las cercanías. La explotación minera se estableció cerca de la actual ciudad de
Los Teques, un área bajo control del cacique Guaicaipuro, quien viendo
amenazado su territorio forzó a los españoles a dejar el lugar, atacando el
Hato de San Francisco. Con el objeto de fortalecer aquella instalación y
utilizarla como base estratégica para la futura conquista del territorio, el
conquistador Juan Rodríguez Suárez la convierte en Villa de San Francisco,
nombra alcalde y regidores, y reparte tierras entre los soldados. Pero son
fuertemente hostigados por una alianza indígena conformada por Guaicaipuro. En
1561, ante la presencia del rebelde Lope de Aguirre, los españoles tuvieron que
retirarse del lugar, Fajardo partió de El Collado a la isla de Margarita y
Rodríguez Suárez partió de San Francisco a Barquisimeto. Los caribes siguieron
los pasos de este último, lo cercaron y dieron muerte. Los caribes arrasaron
con las poblaciones. El interés de los españoles por la existencia de vetas de
oro, y la posibilidad de conectar las colonias del occidente con las del
oriente de Venezuela, movía a los españoles hacía esta zona, que prácticamente
era la única que aún no controlaban. En 1562 Terepaima derrota a una fuerza
expedicionaria conducida por el capitán Luis de Narváez, matándolo a él y a 150
de los expedicionarios. Debido a los ataques feroces por parte de los
indígenas, los españoles se retiraron lejos del área durante varios años.
Guaicapuro
Guaicapuro (alrededor de
1530 – 1568), fue un nativo indígena, jefe de varias tribus Caribes, con el
título Guapotori, “Jefe de jefes”, originario del grupo Teques.
Guaicaipuro formó una
coalición de gran alcance en contra de la conquista española del territorio de
la actual Venezuela, con diversas agrupaciones que él condujo durante el siglo
XVI en la región central del país, especialmente en Valle de Caracas. Él
dirigió, entre otros, a los Caciques Tiuna, Naiguatá, Guaicamacuto, Chacao,
Terepaima, Catia, Aramaipuro, Paramaconi y a su propio hijo el Baruta.
Guaicapuro en la actualidad es uno de los Caciques más famosos e ilustres.
El área ocupada en nuestros
días por la ciudad de Los Teques, fue poblada por varios grupos indígenas, los
cuales contaban cada uno con su propio cacique. La tribu de Guaicaipuro, que
abarcaba un área desde Turgua al este, hasta donde hoy se encuentra San José de
los Altos, al oeste; era una de las más grandes. Uno de sus hijos varones,
Baruta, se convirtió también en Cacique y dominaba el área del actual municipio
de igual nombre. Otras hijas de Guaicaipuro eran, al parecer, Tiora y Caycape.
Los españoles descubrieron
oro en el área de Los Teques hacia 1560, y como comenzaron a poblar el sitio de
las minas para extraerlo, Guaicaipuro, sintiendo su tierra invadida, les atacó,
junto a otros caciques aliados, entre ellos Terepaima, forzando a los españoles
a abandonar el lugar. Después del ataque, el gobernador de la provincia de Venezuela,
Pablo del Collado, desde El Tocuyo envió a Juan Rodríguez Suárez en 1561 para
pacificar el área. Rodríguez Suárez, creyendo que había alcanzado su tarea al
repeler a Guaicaipuro de la zona, deja el área al cuidado de algunos mineros y
de tres de sus hijos, mientras exploraba los términos de Caracas. Una vez que
los soldados españoles se marcharon del lugar, Guaicaipuro asaltó de nuevo las
minas y mató a todos los trabajadores, así como a los hijos de Rodríguez
Suárez.
Inmediatamente después de
eso, Rodríguez Suárez, que estaba en camino a la ciudad de Valencia, con el
propósito de reunirse con los españoles leales al rey, que intentaban detener
al caudillo rebelde Lope de Aguirre (conocido en Venezuela como El Tirano, de
los conquistadores del Perú, venido por el Amazonas en 1561 y alzado contra la
Corona), fue emboscado por Guaicaipuro y el cacique Terepaima, que le dieron
muerte durante su trayecto. Iba con un contingente reducido de seis soldados.
Guapotori, “Jefe de jefes”
Después de estos sucesos,
Guaicaipuro se convirtió en la figura principal y central en la sublevación de
todas las tribus nativas de la provincia de Caracas, y logra unirlas a todas
bajo su mando. En 1562, Terepaima derrota a una fuerza expedicionaria conducida
por el capitán Luis de Narváez, matándolo a él y a 150 de los expedicionarios.
Debido a los ataques feroces
por parte de los indígenas, los españoles se retiraron lejos del área durante
varios años.
En 1567, poco después de
vencer a la confederación indígena liderada por Guaicaipuro en la batalla de
Maracapana, el capitán Diego de Losada entra al valle de San Francisco y ese
año o el siguiente, puebla la ciudad de «Santiago de León de Caracas». Los
españoles se preocuparon por la cercana presencia de Guaicaipuro y de sus
hombres y, dada la fama de sus ataques hacia los conquistadores, decidieron no
esperar un ataque de él, con lo que, como movimiento preventivo, Diego de
Losada encomendó al alcalde de la ciudad, Francisco de Infante emprender la misión
de capturar a Guaicaipuro y ‘pacificar’ a los otros Caciques.
A fines de 1567 o inicios de
1568, Francisco Infante y sus hombres, conducidos por guías nativos que habían
sido chantajeados, dieron con el paradero de la choza de Guaicapuro, en las
cercanías de Paracotos. Según la leyenda, Guaicaipuro prendió fuego a su choza
y se suicidó antes de permitir que los españoles lo encontraran con vida. Sin
embargo, la otra versión sobre su muerte, que es la que ofrece el historiador
José de Oviedo y Baños en su obra publicada en 1723, narra que tras una larga
batalla por su vida, los españoles, imposibilitados de entrar a la choza,
decidieron lanzarle una bomba de fuego sobre el techo de paja, obligando con
ello a salir a Guaicapuro que perece luchando con la espada que le había ganado
a Rodríguez Suárez.
Su papel de líder heroico de
la resistencia indígena de Caracas es sustentado por la narración del
historiador José de Oviedo y Baños, que escribe sobre esos hechos en 1723.
Terepaima
Cacique de los araucos
(arahuacos del actual estado de Amazonas) y los meregotos (indios que opusieron
fuerte resistencia al conquistador Garci González de Silva).
Dueño de las tierras que
limitaban con Los Teques, el territorio de Terepaima abarcaba los (valles del
río Tuy), San Pedro de Miranda, Los Mariches (ciudad, también del estado de
Miranda, que lleva el nombre de los indios mariches), hasta el territorio que
hoy ocupan los estados de Aragua, Miranda, parte de Carabobo, Cojedes y parte
de Lara.
Ante la renuncia de los
peaches, los arauhuacos eligieron a Terepaima como Cacique de su clan esa misma
noche mientras velaban al Cacique Yoraco quien fuere cacique de los arahuacos y
sucedido por Terapaima, lo primero que hizo Terepaima ya como Cacique Arahuaco
fue presentarse ante el campamento del cacique Guaicaipuro con sus mejores
guerreros y decirles que venían dispuestos a pelear a su lado, los recibió
alborozado porque sumando el poderío de ambos clanes lograba el grupo de asalto
idóneo para enfrentar a los españoles.
Pocas noches después
Guaicaipuro y Terepaima atacaron el campamento minero de los teques, con
flechas y macanas, con dardos envenenados desplegaron oleadas de ataques, al
principio los españoles lograron repeler las embestidas, pero mientras
recargaban sus armas venía la siguiente ola que si les alcanzaba, allí en los
teques se libró jornada ejemplar de la dignidad aborigen.
Terepaima, sabiendo que el
español Juan Rodríguez Suárez lo tenía sentenciado a muerte, reunió a los
indios paracotos y en un feroz ataque contra los españoles extinguió la vida de
Rodríguez Suárez.
Terepaima también practicó
la política y la diplomacia
La victoria y el hecho de
que Terepaima fuera el que diera muerte a Rodríguez le crearon una aureola de
leyenda. La historia de este hombre demuestra que no sólo fue hábil como
guerrero, sino que también tenía dotes para la política y para la diplomacia.
De hecho, en 1559 negoció con Francisco Fajardo y le permitió el paso por su
territorio después de habérselo negado.
En 1561 venció al capitán
Luis de Narváez, que había penetrado en su territorio con propósitos belicosos.
Diego de Losada se enfrentó con Terepaima en 1567, y no pudo someterlo. Fue
Garci González de Silva quien logró establecer la paz con él, pero el Cacique
muy pronto volvió a la guerra, a defender lo que creía que era suyo, y en una
cruenta pelea encontró la muerte a mediados de la década del 70.
“¡Huayra!” es uno de los
gritos de guerra de los indios caribes del siglo XVI, que significa “¡Venceremos!”.
Las tribus indígenas sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español. El
conocimiento de materiales bélicos de la época desempeñó un papel importante en
el exterminio de los grupos aborígenes.
Los caribes, al igual que
otras tribus, mostraron una resistencia implacable contra quienes buscaban
someterlos en su propia tierra. Los caballos, los perros amaestrados, los
arcabuces, la fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra
no lograron extinguir el grito de libertad que retumbaba en las montañas
venezolanas.
Con flechas y lanzas, los
caribes combatieron con tenacidad regando los campos de batalla con su sangre
americana. Esta lucha encarnizada duró varios años; hubo episodios de heroísmo,
destacando el ímpetu y gallardía de valientes caciques como Guaicaipuro,
Baruta, Chacao y Tamanaco.
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