La Espiritualidad es un aspecto esencial del ser humano. Es una vida interior, algo que no es mente y cuerpo sino espíritu. Es algo más amplio que una religión, un proceso dinámico mediante el cual las personas encontramos trascendencia, un sentido final a la vida … a nuestro ser interior.
Thomas
Merton.
En
palabras de la Prof. Luisa Rojas: La religiosidad abarca desde el
comportamiento religioso de las personas, hasta sus relaciones con las instituciones
religiosas establecidas, las prácticas y actos de culto, creencias y
supersticiones y símbolos religiosos; un panorama de las funciones que tiene la
religión en la vida social, o formas concretas como las personas y grupos viven
su religión.
Me parece
acertada esta utilización que Rojas hace, pues resume de un modo bastante
entendible a lo que a "religiosidad" se refiere.
Genera
además un planteamiento en cuanto a la posibilidad de que entre ambas exista o
coexista un subsistema
religioso" que estaría caracterizado por una forma de sincretismo en lo
externo de, es decir en la parte visible de la creencia, el cual define así:
"...de formas mágicas con formas seculares, y por otras propias del
catolicismo, tanto del primitivo como del vigente, que aparentemente predominan
sobre la primera; confiriéndole al subsistema una apariencia exteriormente
católica.
Ahora
a lo interno, "en la religión existe el predominio del monismo de dios y
demás entidades sobrenaturales, presentes naturalmente en el cosmos para ser
utilizadas en ritos mágicos."
Es
importante tener este marco conceptual previo al desarrollo de lo que son las
creencias ancestrales, en este caso, el venezolano. Pero iniciemos con lo que
hasta ahora conocemos de lo que fue parte de esa espiritualidad/religiosidad
que nos legaran nuestros ancestros aborígenes.
Este
tipo de "figurinas" (llamadas así por los arqueólogos que las
descubrieron) abundan en zonas como el Lago de Valencia y Los
Roques, y son las primeras referencias encontradas de un desarrollo religioso
por parte de nuestros aborígenes.
Los
grupos valencioides que habitaban la costa central de Venezuela y la cuenca del
Lago de Valencia (llamado por nuestros ancestros"Tacarigua")
desarrollaron una alfarería de alta calidad estética, destacándose las
estatuillas antropomorfas femeninas -llamadas
"Venus de Tacarigua"- como elemento icónico expresivo.
Una
cantidad considerable de ellas arrojan pistas importantes sobre la importancia
simbólica de las mismas.
Imágenes
que miden desde los 7 a 18 cm de alto, y hasta más, se encuentran desnudas, con
piernas bulbosas, y con pies, glúteos, genitales, brazos y con ciertas
particularidades con las manos: Colocados sobre la cintura o sosteniendo la
cabeza, representando ésta hipertrofiada alcanzando volúmenes ovalados o
naviformes.
Se
considera que con proporciones que
invocan la sexualidad y fertilidad.
Particularmente,
las incisiones y pinturas que tienen pueden recordar ornamentos especiales y
pintura corporal sagrada, con el que las mujeres posiblemente se presentaban
ante la Diosa Madre, la madre de los nativos.
En
este sentido, es interesante lo expuesto por la arqueóloga y antropóloga
venezolana Lelia Delgado: ...la importancia de la mujer debió permitir la
formulación de mediaciones simbólicas propiciadoras, que debieron expresarse en
las múltiples objetivaciones de la conciencia social, en los mitos, en las
ceremonias destinadas a la magia y seguramente se manifestaron en las formas
particulares que adquieren las derivaciones sensitivas y sensoriales como
representación de los modelos estéticos, que en estas sociedades parecieran
demostrar un alto grado de convencionalización.
Figurinas
del Archipiélago de Los Roques
Se
sugiere la posibilidad de que en el archipiélago eran los hombres los que
llegaban en sus canoas en la búsqueda de
un molusco de amplia distribución en el mar Caribe y áreas aledañas, el botuto
(Strombus gigas) el cual es considerado como parte importante de la economía de
estas etnias. Con la concha de éstos, eran hechas las guaruras con las que se
hacían llamados, a modo de trompeta, a la unión para la guerra o para los
servicios religiosos.
Botuto
Siguiendo
la tarea de la actividad de pesca, al concluirse la misma, se realizarían los ritos de agradecimiento,
como ofrenda para la buenaventura del viaje de regreso. Y es aquí donde las
"venus" tendrían cabida, ya que éstas "asumían metafóricamente
el papel de las mujeres que estaban ausentes, probablemente simbolizaban sus
cualidades protectoras reprimiendo las fuerzas sobrenaturales asociadas al mar
y cuidando a los hombres de los espíritus malignos mientras se encontraban en
el archipiélago".
Ahora
bien, y como se pregunta la Dra. Daisy Barreto ¿Acaso no resulta ambicioso intentar comprender las concepciones
sagradas que animaron a nuestros lejanos ancestros, partiendo de la variada y
rica colección de piezas de cerámica de estilo y función sagrada y el conocido
uso que hacían de cuevas y lagunas para practicar sus rituales?, ¿no representa
un reto mostrar la posible relación entre estos elementos de su cultura
espiritual y las creencias y prácticas del culto a María Lionza? y es en
este sentido cómo la percepción de nuestra cultura ancestral ha sido diezmada
por la cultura dominante, bien sea en el proceso de conquista, donde se
satanizó todo lo que no fuera católico, los lugares de culto destruidos y, de
acuerdo a los registros, hasta sentenciados por la inquisición.
En el
proceso de "cristianizar" a nuestras etnias, las creencias se
mantendrán latentes en las nuevas formas traídas desde España, gran cantidad de
santos y vírgenes que harán de patrones y guías, asumirán la adoración que
antes se daban a nuestras deidades originarias y que sus nombres,
lamentablemente, se han perdido en todo este proceso.
Ahora
bien, dando un salto en la historia, para señalar que toda esa creencia
aborigen en una o más diosas, fue transmitida de forma oral, con modificaciones
en el tiempo por tratarse de un culto secreto para quienes se resistieron a
cambiar sus creencias propias por las impuestas, víctimas de la condena por
parte de la ley, aunque conocidos y hasta visitados en casos de enfermedades
para que fuesen curados y sanados por los "mojanes" que llamaban
"brujos".
Y que
aún hoy, son condenados por las religiones que han llegado al país y que
condenan de "brujería" en la concepción más negativa del término, y
por otras creencias no cristianas que la reducen a "una etapa" para
luego integrar otros cultos hoy de moda.
Ahora
bien, ya conociendo a grandes rasgos este inicio ancestral en los lugares donde
más se conoce la práctica (que hoy llamaríamos "shamánica" para
referirnos a lo aborigen) y que dio paso a lo que conocemos como
"marialioncero" nos preguntamos:
¿Quién
es María Lionza? la Reina como la llaman sus devotos, es la Diosa que preside una serie de cortes que se integran a la
creencia que gira en torno a la tradición de la misma. De aquí parten una
cantidad de autores que rescataron al mito de la tradición oral venezolana,
iniciándose en primer lugar, en el estado Yaracuy, donde radica la creencia en
la deidad matriarcal. A partir de esos relatos recopilados, se tejen tantas historias
como líderes de culto existen.
Y de
acuerdo con lo que plantea Barreto, el mito de María Lionza no es un relato que
viene transmitido fielmente por la tradición oral, sino que es un relato
transmitido por la tradición escrita y con añadidos del recopilador.
Razón
por la cual no existe una historia "oficial" más allá de lo que en
principio escribiera Gilberto Antolínez sobre la princesa encantada de los
Nívar.
Lo que
si sabemos y conocemos, es que ya anterior a la conquista, nuestros pueblos
tenían a una (o varias) diosa a la cual adoraban y confiaban plenamente. Este,
es un acercamiento a cómo se pudo desarrollar la creencia en la Diosa
venezolana que hoy llamamos María Lionza.
FUENTES
Bibliográficas
Barreto,
D. (2019) María Lionza una divinidad sin
fronteras. Primera edición: Centro Nacional de Estudios Históricos, Ministerio
del Poder Popular para el Despacho de la Presidencia y Seguimiento de Gobierno.
Caracas, Venezuela.
Marchán,
E. (2007) Caso: Manejo político-mediático
de la fractura de la efigie de María Lionza como presagio de la derrota del
Presidente de la República en el proceso refrendario de agosto de 2004 [Trabajo
Fin de Grado no publicado]. Universidad Central de Venezuela.
Rojas, B. (1987) Las Diosas Madres en Venezuela (Mérida y Trujillo) desde la época prehispánica hasta hoy. Boletín Antropológico 11: 37-42
Web
Delgado,
L. (S/F). Damas de Tacarigua. Figuras valencioides. Pueblos originarios.
Recuperado el 05 de abril de 2021 https://pueblosoriginarios.com/sur/caribe/venus/tacarigua.html
Gordones Rojas, G. Meneses Pacheco L. (S/F). La representación de lo femenino y masculino en la iconografía prehispánica de la cordillera de Mérida, Venezuela. Recuperado el 05 de abril de 2021 http://www.saber.ula.ve/bitstream/handle/123456789/22789/articulo1_8.htm?sequence=2&isAllowed=y
Rojas, L. (2006). Lo mágico religioso y el bienestar de los venezolanos. [archivo PDF]. Medigraphic Artemisa, Vol. VIII (S/N), 31-35. Obtenido de https://www.medigraphic.com/pdfs/invsal/isg-2006/isg061e.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario