"María Lionza, diosa bucólica que se venera actualmente en Venezuela. Sus sacerdotes le inmolan la virginidad de muchas niñas".
En: El Nacional
27 de febrero de 1943
El distinguido profesor y naturalista venezolano señor Francisco Tamayo, pronunció en la tarde de ayer una interesante conferencia en los salones del Instituto Cultural Venezolano-Británico acerca del Mito de María Lionza, arcaica tradición que vive en la conciencia popular, a pesar de la oposición del clero y gobiernos.
El profesor Tamayo ha recogido impresiones personales de cuanto relato en su disertación y por eso sus son ajustadas en un todo a la realidad.
"El Área de dispersión de la creencia en María Lionza, apunta el profesor Tamayo, abarca el territorio del Estado Lara, excepción hecha, quizá, de los términos de Carora; valle del Yaracuy hasta el mar; serranía de Nirgua; Distrito Silva del Estado Falcón; zona norte de Portuguesa y Cojedes y más o menos mistificado, se extiende hasta Carabobo, Aragua, Guárico, Miranda y Distrito Federal. Es una teogonía indígena que comprende varios dioses venerados con cultos especiales por las gentes sencillas de los campos.
María Lionza es un dios bucólico que vive apaciblemente en la espesura de los bosques, en las aguas remansadas en las grutas llenas de misterio. Es dueña de los animales de caza de las plantas silvestres, de las fuentes, ríos, lagunas y lluvias de los cerros, de los vientos y de las nubes. Se la suele describir como una mujer hermosa que esta en su palacio peinando sus largos cabellos con un peine de oro o recorriendo los campos usando como cabalgadura una danta. La reina María Lionza tiene otras deidades subalternas apellidadas Don Juanes que gobiernan el viento, el huracán, los caninos, etc. y espíritus como Francisquito, portero que vive en Yaritagua y vigila la entrada a la morada de la Reina. También se veneran, la Nina María, la Niña de la Palma, Juan el Grandote y otros.
Todas estas divinidades que parece extraño sean veneradas en la época actual, tienen sus sacerdotes de carne y hueso, educados especialmente entre los habitantes de las regiones mencionadas.
"A estos sacerdotes, apunta el profesor Tamayo, para iniciarlos en el culto, hay que regalarlos pródigamente: la primera ceremonia consiste en someter al novicio a un sahumerio de incienso, mirra y estoraque; la segunda consiste en fumarse un tabaco todos los días "al filo de la media noche lanzando el humo hacia los cuatro puntos cardinales e invocando a los espíritus para que les sean propicios y los acepten en la cofradía"
Hay una tercera ceremonia en la cual queda definitivamente consagrado el sacerdote y listo para saber el futuro, trasladarse donde quiera, poseer riquezas, curar enfermedades etc., etc.
Los sacerdotes son los conocidos "brujos" que andan explotando la credulidad de las gentes y cometiendo actos verdaderamente punibles como el que ocurre en el caserío Los Chucos, en el Estado Yaracuy, donde es frecuente el caso de que muchas mujeres ofrendan la virginidad de sus hijas a los sacerdotes o mojanes, en pago de promesas hechas a los dioses de las teogonías que se veneran, encabezadas por la reina María Lionza.
El conferencista relató admirablemente los orígenes de los bailes como la "Tura" hechos en honor de los dioses y relató la historia de otros dioses y espíritus que viven en la creencia popular. Finalmente leyó el profesor Tamayo una oración que venden actualmente en el mercado de Caracas, al precio de una locha, y cuyo texto es el siguiente:
Por lo referido por el profesor Tamayo en su conferencia se trata de una religión autóctona formada por creencias negroides, influencias de astrología y orientalismo, una de cuyas ramas con sede en Caracas, como lo cita Antolínez, es la Gran Logia Tradicional Atlantes.
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