Los padres de Osiris vieron que este era fuerte y bondadoso, por ello le encargaron gobernar los territorios fértiles y cuidar de la vida de plantas, animales y seres humanos. A su hermano Seth dieron los amplios territorios desérticos y extranjeros. Todo lo salvaje y fuerte, los rebaños y las fieras pusieron bajo su cuidado. Osiris e Isis formaban la resplandeciente pareja del amor. Pero la niebla de la envidia turbó a Seth, por eso este se confabuló y con la ayuda de setenta y dos miembros de su séquito invitó a una fiesta para aniquilar a su hermano. Esa noche, llegaron los conjurados y Osiris. Seth presentó a los concurrentes un magnífico sarcófago prometiendo regalarlo a quien ocupándolo se correspondiera mejor con las medidas. Así unos y otros entraban y salían hasta que le correspondió a Osiris realizar su prueba.
De inmediato, bajaron la tapa y la clavaron. Osiris, atrapado, fue llevado así hasta el Nilo y arrojado en sus aguas con la intención de que se hundiera en las profundidades. No obstante, el sarcófago flotó y llegando al mar se alejó de Egipto. Pasó mucho tiempo hasta que un día la caja llegó a Fenicia (1) y las olas la depositaron al pie de un árbol. Este creció hasta una altura gigantesca envolviendo con su tronco al sarcófago. Admirado el rey del lugar por el imponente ejemplar lo hizo derribar y llevó el gran tronco a su palacio a fin de utilizarlo como columna central. Entre tanto, Isis tuvo la revelación de lo ocurrido así es que se dirigió a Fenicia y entrando al servicio de la reina pudo estar cerca del cuerpo de su marido. Pero la reina comprendiendo que su servidora era Isis, le entregó el tronco para que dispusiera según fuera su deseo. Isis, partiendo la envoltura de madera extrajo el ataúd y regresó al Egipto con su carga. Pero ya Seth estaba enterado de lo ocurrido y temiendo que Isis reanimara a su marido, robó el cuerpo.
Velozmente se dio a la tarea de desmenuzarlo en catorce pedazos que luego dispersó por todas tierras. Así comenzó el peregrinaje de Isis recogiendo los trozos del cadáver. Ya hacía tiempo que la oscuridad reinaba por la muerte de Osiris. Nadie cuidaba de los animales, ni de las plantaciones, ni de los hombres. La disputa y la muerte reemplazaron para siempre a la concordia. Cuando Isis logró recuperar las distintas partes del cuerpo las unió entre sí y ajustándolas fuertemente con vendajes realizó sus conjuros. (2) Luego construyó un enorme horno, una pirámide sagrada (3) y en sus profundidades emplazó a la momia. Estrechada a ella, insufló su aliento. Hizo entrar el aire como el alfarero lo hace para aumentar el calor del fuego de la vida... El despertó, él conoció el sueño mortal, él quiso mantener su verde rostro vegetal. (4) Quiso conservar la corona blanca y su plumaje para recordar claramente cuáles eran sus tierras del Nilo. (5)
También recogió el sacudidor y el cayado para separar y reconciliar, como hacen los pastores con su curvo bastón. (6) Pero cuando erguido Osiris, vio a la muerte en derredor dejó su doble, su Ka, (7) encargándole custodiar su cuerpo para que nadie volviera a profanarlo. Tomó la cruz de la vida, el Ankh (8) de la resurrección, y con ella en su Ba (9) se dirigió a salvar y proteger a todos los que solos y aterrados penetran el Amenti. (10) Por ellos fue a vivir al oeste esperando a quienes desvalidos, son exiliados del reino de la vida. Gracias a su sacrificio la naturaleza resurge cada vez y los seres humanos creados por el alfarero divino, (11) son algo más que barro animado. Desde entonces se invoca al dios de muchas maneras y también desde entonces, la exhalación final es un canto de esperanza.
"Buen Osiris! Envía a Thot (12) para que nos guíe hasta el sicomoro (13) sagrado, hasta el árbol de la vida, hasta la puerta de la Dama de Occidente; (14) para que nos haga eludir las catorce mansiones rodeadas de estupor y angustia en las que los perversos sufren terrorífica condena. Envía a Thoth, el ibis sabio, el escriba infalible de los hechos humanos grabados en el papiro de la memoria imborrable. Buen Osiris! En ti espera la resurrección el victorioso, luego del juicio en el que son pesadas sus acciones por Anubis, el chacal justo. (15) Buen Osiris! Permite que nuestro Ba aborde la barca celeste, y separado del Ka deje a éste como custodio de los amuletos (16) en nuestra tumba. Así, navegaremos hacia las regiones de esplendor del nuevo día".
1.- Una leyenda menciona específicamente a Biblos. Fenicia era una región del Asia Anterior en la costa occidental de Siria y que entre el Líbano y el Mediterráneo llegaba al Monte Carmelo por el sur. Sus ciudades principales eran: Biblos, Beirut, Sidón, Tiro y Acca. Durante la dominación romana se agregó el territorio de la Celesiria o Fenicia del Líbano, designando como Fenicia Marítima a la nación antigua. Hemos usado "Fenicia" en el relato, para resaltar la misma raíz de "Fénix", ave fabulosa que moría en una hoguera y renacía de sus cenizas. De todas maneras, no ignoramos que "Fenicia" deriva del griego Phoenikia o sea, "país de las palmeras" y que los habitantes de ese lugar llamábanse a sí mismos "cananeos" y no "fenicios".
2.- Alusión a la preparación de la momia, de acuerdo a lo comentado por Heródoto (Historias, II, LXXXVI y siguientes) .
3.- Se ha pretendido hacer derivar la palabra "pirámide" de un término griego que significa "pastel de trigo", porque egipcios y griegos daban esa forma a ciertos pasteles (derivados, tal vez, de otros que servían de práctica ceremonial teofágica) . Hay quienes opinan que se trataba de simples alimentos adornados graciosamente. Pirámide, del griego pyramis, tiene la misma raíz que pira, pyrá, y que fuego, pyr. "Pira", ha sido usado como "hoguera" en la que se quemaba el cuerpo de los muertos, o los cuerpos del sacrificio ritual. No conservamos en la antigua lengua egipcia el vocablo que exactamente se refiere a la pirámide en sentido geométrico. De todas maneras, el nombre griego de ese cuerpo y los estudios matemáticos iniciales en torno a él, bien pueden provenir de la enseñanza egipcia a estar por lo comentado en el Timeo de Platón en el que el autor menciona los primeros conocimientos científicos de su pueblo, considerándolos de origen egipcio. Estas consideraciones nos han permitido hacer un juego de palabras en el que la pirámide en cuestión termina identificada con el horno del alfarero. Por su parte, Heródoto (Ibid. II, C y CI) cuenta una historia con respecto al motivo de construcción de las pirámides que la acerca al tema osiríaco. Recordando, además, la antigüedad del mito propio de la cultura cerámica primitiva ( en la que el nacimiento del hombre se debe al dios-alfarero), es que se ha podido componer aceptablemente el párrafo comentado aunque con la licencia del caso. Por su parte, las pirámides mesopotámicas (zigurats) también nos acercan a una concepción según la cual esas construcciones no eran solamente templos y lugares de observación astronómica sino "montañas sagradas" en las que era sepultado y luego rescatado Marduk. En cuanto a las pirámides escalonadas y cubiertas o semirevestidas de México y América Central (Xochicalco, Chichén Itzá, Cholula, Teotihuacán p.ej.), no tenemos elementos para afirmar que aparte de construcciones dedicadas al culto y a la observación astronómica se les diera función sepulcral. Y en lo que hace a su desarrollo histórico, las pirámides de Egipto evolucionan desde las mastabas que ya en la III dinastía estaban ligadas al culto al Sol en Heliópolis.
4.- De acuerdo a lo observable p.ej., en el Papyrus of Ani (Brit. Mus. N. 10,470, sheets 3 and 4).
5.- La corona blanca y alta del alto Nilo y la roja y chata del bajo Nilo, representaban la procedencia del faraón y su poder sobre esas regiones. Ambas coronas se combinaban, a veces, para formar la corona doble. En tiempos del Nuevo Imperio empezó a usarse la corona azul de guerra. A menudo se colocaba alrededor el ureus, la cobra sagrada, que representaba poder sobre las dos tierras; o bien, las plumas de avestruz que combinaban con la corona alta. En el caso de Osiris, la corona toma carácter sacerdotal a modo de tiara como ocurre con el tocado papal (pero en el que se observa la corona de tres pisos) . En este caso, se hace derivar a la tiara pontificia de la mitra de los obispos, pero su estilo es más bien egipcíaco.
6.- El sacudidor y el cayado o báculo, frecuentemente aparecen cruzando el pecho de los faraones. En las representaciones de Osiris cumplen con una función sacerdotal, tal como ocurre con el cayado de los obispos cristianos.
7.- El Ka no era el espíritu sino el vehículo que visitaba al cuerpo momificado. Tenía algunas propiedades físicas y se lo representaba como "doble". Así aparece en las distintas épocas de los Libros de los Muertos. Cuando se representaba el Ka del faraón solía pintarse o esculpirse dos figuras iguales tomadas de la mano.
8.- La cruz de brazos iguales era el símbolo de Anu, de los caldeo-babilónicos. La cruz Ankh o ánsata era una Tau con círculo y asa, símbolo del triunfo sobre la muerte y atributo propio de Sekhet. Esta cruz fue adoptada luego por los cristianos coptos.
9.- El Ba era el espíritu no sometido a las vicisitudes materiales. Solía representárselo como pájaro con rostro humano.
10.- Amenti era el infierno, el reino de los muertos.
11.- Khnum, representado a menudo con cuerpo humano y cabeza de carnero, era la divinidad principal de la tríada de Elefantina del alto Egipto. Esta divinidad hizo el cuerpo de los humanos con barro y les dio forma en su rueda de alfarero. Esta, al girar, tomaba el carácter de rueda de la fortuna que fijaba el destino de las personas desde el momento de su nacimiento. Beltz, citando a E. Naville, The temple of Deir el Bahri, II, tablas 47-52, pone en boca de Khnum estas palabras al crear a una reina importante: "Quiero obsequiarte con el cuerpo de una diosa. Serás perfecta como todos los dioses y recibirás de mi felicidad y salud y las coronas de ambos países y estarás en la cumbre de todos los seres vivientes al ser reina del Alto y del Bajo Egipto". W. Beltz, Los Mitos Egipcios, Losada, págs. 97 y 98. Buenos Aires, 1986.
12.-Thoth, dios de Hermópolis. Se representaba con cuerpo humano y cabeza de ibis. Fue el creador de la cultura. También asumía el rol de conductor de las almas hacia el Amenti. La equivalencia con el Hermes griego dio lugar a la figura de Hermes - Thoth. Posteriormente, hacia el S.III D. C. los neoplatónicos y otras sectas gnósticas produjeron los Libros Herméticos (Poimandres, La Llave, Asclepios, La Tabla de Esmeralda, etc.), que atribuyeron a un legendario Hermes Trismegisto (el "tres veces grande") creador de la ciencia, las artes y las leyes.
13.- El sicomoro era una especie de higuera de madera muy perdurable que se utilizaba para la confección de sarcófagos. También se hace alusión aquí al árbol Djed, un tronco muerto del que salían brotes y que representaba la resurrección de Osiris.
14.- "Dama de Occidente", nombre que en las invocaciones mortuorias tomaba la diosa madre Hator, emplazada en la región occidental de Libia donde estaba el reino de los muertos.
15.- Anubis, con cuerpo de hombre y cabeza de chacal, era el acusador en el juicio de los muertos. A veces se lo conocía como "El Embalsamador" o "El Guardián de las Tumbas". Se atribuía a Anubis haber ayudado al embalsamamiento de Osiris. También aparecía como "El que está sobre su montaña", es decir, a cargo de la pirámide funeraria.
16.- Los amuletos (ushabtis o "los que contestan") eran figurillas de arcilla que se colocaban en las tumbas para que acompañaran al muerto al país de Amenti, donde adquirían tamaño y características humanas, reemplazando al difunto en los trabajos más esforzados
FUENTE: SILO "Obras completas" (2002)
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