Por Palmenes Yarza
Toda práctica científica toda experiencia artística tiene segregados, parásitos, enemigos sombras. Así en la medicina, a la vera de los médicos, prosperan los curanderos y yerbateros; en el campo de la jurisprudencia, a la vera de los abogados, prosperan los picapleitos; dentro de las fronteras de la poesía, a expensas de los poetas, pululan los poetastros. Junto a los pintores están los embadurnadores de cartones. Continuando esta escala de degradación de valores, en otros extractos naturales, observamos que junto al tiburón va el pez piloto junto al gigante marino, van las rémoras y que el rinoceronte tiene su pajarito el ani; con la diferencia de que en estos casos del reino animal se efectúa una ayuda mutua. Así los pares de Opuestos se auxilian contribuyendo entre sí a sus respectivas definiciones.
Pero no ocurre lo mismo entre los vegetales cuando una planta benéfica tiene a su pie una ortiga y junto al trigo crece la cizaña. Que sólo los expertos pueden distinguir los hongos comestibles de los venenosos, tanto es el parecido entre unos y otros es posiblemente algo semejante a lo que está ocurriendo en el culto a María Lionza. Por su habitual reiteración podría apreciarse como consecuencia lógica que en el proceso de florecimiento y afirmación de las religiones y tendencias, medren al margen del cuerpo de doctrina unos dedicados a la superchería altimo al embaucamiento nombre de tales ideas y principios y disfrazados con ellas.
Pero no ocurre lo mismo entre los vegetales cuando una planta benéfica tiene a su pie una ortiga y junto al trigo crece la cizaña. Que sólo los expertos pueden distinguir los hongos comestibles de los venenosos, tanto es el parecido entre unos y otros es posiblemente algo semejante a lo que está ocurriendo en el culto a María Lionza. Por su habitual reiteración podría apreciarse como consecuencia lógica que en el proceso de florecimiento y afirmación de las religiones y tendencias, medren al margen del cuerpo de doctrina unos dedicados a la superchería altimo al embaucamiento nombre de tales ideas y principios y disfrazados con ellas.
Son los mismos infiltrados que ofenden la mística de los partidos, las instrucciones, las escuelas etc. Todos ellos graves de inautenticidad. Constituyen la ignorancia vestida de fraude y son tan perjudiciales como los fanáticos que entorpecen el desarrollo progresivo de una idea o doctrina y socavan sus bases al indisponer la voluntad de los desprevenidos. Considero que debe ser cuestión delicada y difícil para las autoridades poder diferenciar entre los verdaderos y los falsos prosélitos del culto a María Lionza. Y dichos representantes de la cosa pública tendrán que proveerse de medios y sistemas bien determinados y claros, disponer de procedimientos expeditivos si aspiran a realizar una limpieza justa, tendiente en primer lugar a librar al pueblo del engaño que pueda envolver los exscudados en sus creencias y su fe; y en segundo lugar, e indirectamente, a depurar por ende, así, el culto a María Lionza. Qué tal procedimiento se cumpla en la vía de fijar a cada cual en su sitial, sin componendas, ni actos de injusticia o desafueros, debe ser deseo de nosotros los yaracuyanos y aspiración de la mayoría. Porque de tratarse de un ataque a los sustentadores de las prácticas de esa doctrina, culto o credo, tendría lugar la protesta, no sólo desde un punto de vista de derecho y de civismo, sino también desde un punto de vista científico.
El espiritismo (palabra ésta venturosamente ya desligada del sentido tradicional y anticuado de la que la embargaba de misterio) constituye hoy materia de estudio en las principales universidades del mundo. Despojados de ese halo sobrenatural, los fenómenos que esta tendencia abarca, han pasado a investigarse seriamente como lo son otras manifestaciones propias del ser humano, con orígenes y causales que hay que precisar y descubrir. Considerar éstos fenómenos como obra del fantaseo o como hechos fraudulentos, corresponde unas veces al desconocimiento de los mismos, y, otras, al fanatismo. Desconocimiento y fanatismo que echan una cuenta de prejuicios sobre nuestros hombros, y de cuyos efectos se hace sentir especialmente el empecinamiento que retrasa la marcha de las ideas. Valdría más, En beneficio de nuestra evolución y nuestro grado de universalismo, tratar de conocer y ver qué es lo que al respecto está llevándose a cabo entre nosotros. Comparar nuestra materia prima en este orden con la que traen los investigadores al experimento en las distintas universidades, encauzar por vía científicas nuestros procesos naturales es lo que nos competen de inmediato. Entrar libres de perjuicios en el estudio de estos fenómenos sería norma sustantiva de nuestra conducta ante las circunstancias que contemplamos. Muchas de las prácticas del culto a María Lionza, pertenecen a los fenómenos que agrupa esa rama de la ciencia denominada Parapsicología. Otras son materia del folklore nacional, y por consiguiente, patrimonio del ser colectivo de Venezuela. Materias estás ambas averigua das y en constante investigación mediante métodos objetivos por un gran número de científicos en distintas partes del mundo. Cómo es entonces que nosotros vamos a perseguir Y a querer acabar con un proceso de tan básica importancia para el entendimiento de la criatura humana? La cuestión tendrá que ser planteada de otra manera. Si estos hechos representan un campo de conocimientos nada desechables: anexos de la psicología y puertas y ámbitos de la parapsicologia el concepto tradicional de que tales evidencias sean brujería, superstición o atraso, es lo demás lo que hay que dejar atrás por empírico e ingenuo. En realidad, quienes sostienen que tales manifestaciones del Ser, pertenecen a un caos de mentiras vendrían a constituir los supersticiosos y decadentes verdaderos. Salvar estos fenómenos del mundo de las sombras de la ignorancia y estudiarlos a la luz de la ciencia, para ofrecerlos como haberes del hombre, al alcance de todos, es nuestro primer deber.
El espiritismo (palabra ésta venturosamente ya desligada del sentido tradicional y anticuado de la que la embargaba de misterio) constituye hoy materia de estudio en las principales universidades del mundo. Despojados de ese halo sobrenatural, los fenómenos que esta tendencia abarca, han pasado a investigarse seriamente como lo son otras manifestaciones propias del ser humano, con orígenes y causales que hay que precisar y descubrir. Considerar éstos fenómenos como obra del fantaseo o como hechos fraudulentos, corresponde unas veces al desconocimiento de los mismos, y, otras, al fanatismo. Desconocimiento y fanatismo que echan una cuenta de prejuicios sobre nuestros hombros, y de cuyos efectos se hace sentir especialmente el empecinamiento que retrasa la marcha de las ideas. Valdría más, En beneficio de nuestra evolución y nuestro grado de universalismo, tratar de conocer y ver qué es lo que al respecto está llevándose a cabo entre nosotros. Comparar nuestra materia prima en este orden con la que traen los investigadores al experimento en las distintas universidades, encauzar por vía científicas nuestros procesos naturales es lo que nos competen de inmediato. Entrar libres de perjuicios en el estudio de estos fenómenos sería norma sustantiva de nuestra conducta ante las circunstancias que contemplamos. Muchas de las prácticas del culto a María Lionza, pertenecen a los fenómenos que agrupa esa rama de la ciencia denominada Parapsicología. Otras son materia del folklore nacional, y por consiguiente, patrimonio del ser colectivo de Venezuela. Materias estás ambas averigua das y en constante investigación mediante métodos objetivos por un gran número de científicos en distintas partes del mundo. Cómo es entonces que nosotros vamos a perseguir Y a querer acabar con un proceso de tan básica importancia para el entendimiento de la criatura humana? La cuestión tendrá que ser planteada de otra manera. Si estos hechos representan un campo de conocimientos nada desechables: anexos de la psicología y puertas y ámbitos de la parapsicologia el concepto tradicional de que tales evidencias sean brujería, superstición o atraso, es lo demás lo que hay que dejar atrás por empírico e ingenuo. En realidad, quienes sostienen que tales manifestaciones del Ser, pertenecen a un caos de mentiras vendrían a constituir los supersticiosos y decadentes verdaderos. Salvar estos fenómenos del mundo de las sombras de la ignorancia y estudiarlos a la luz de la ciencia, para ofrecerlos como haberes del hombre, al alcance de todos, es nuestro primer deber.
FUENTE: Últimas Noticias Caracas 22 de marzo 1966
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