sábado, 4 de abril de 2020

María Lionza mito y culto venezolano



Angelina Polak-Eltz (1968) 
En el curso de los últimos años se han publicado varios ensayos sobre el culto de María Lionza, mito venezolano que, como religión sincretista, tiene muchos adeptos esencialmente entre la población humilde de los ranchos en las grandes ciudades. A pesar de la persecución de sus "sacerdotes" por parte de las autoridades, el número de feligreses aumenta cada día. No cabe duda de que algunos de los "sacerdotes" de este mito aprovechan la credulidad de la gente ignorante para su beneficio personal, pero la mayoría es sincera. Creen con tanto fervor en las potencias mágicas de la "reina" y de los demás espíritus de "su corte" como los adeptos que piden salud, suerte en el juego un marido fiel y ayuda espiritual y económica de la "diosa".


Los feligreses se reúnen en apartamentos destinados como centros espirituales y en ranchos de las ciudades, en bosques, cuevas y montañas "encantadas" en el interior.


El sacerdote que preside un centro se llama banco y es responsable ante los médiums que acuden al centro. Estos caen en trance frente al altar para recibir a los espíritus. Y son Maria lionza y otro personaje del culto los que hablan luego por la boca del médium, aconsejando a los que piden ayuda. Para ponerte en trance ayunan, fuman puros y toman aguardiente. Otros bailan al toque de tambores. Los médiums casi siempre son mujeres. Tienen facultades espiritistas y pueden recibir a uno o más "espíritus" que luego toman posesión de ellos. 
Los altares están decorados con flores, velas y frascos de aguardiente, comida y exvotos.  Hay litografías de María Lionza y de los demás "espíritus", y, a menudo, también de santos católicos, de Simón Bolívar y de los grandes Caciques de la conquista. El santuario más importante se encuentra en el monte Sorte, de cerca de Chivacoa, donde se conjura a los "espíritus" en cuevas y a la orilla de la quebrada Sorte, considerada como el hogar de los encantos. Pero también hay centros importantes de peregrinación en Agua Blanca, estado Portuguesa, en las cuevas de Los Teques y hasta en la lejana Escalera en Guayana. Muchos adeptos se quedan en estos sitios durante días o semanas; toman baños en las claras aguas de los ríos para curarse de alguna enfermedad, y arrojan ofrendas en el agua por los favores recibidos.

El lugar de origen del culto de María Lionza es el monte de Sorte, ya citado. Es probable que el mito se base en la leyenda Jirajara que habla de una bella muchacha hija de un cacique que fue robada por una serpiente gigantesca dueña de una laguna. Después de la muerte violenta de esa serpiente, la bella India se convirtió en dueña de las aguas, peces y animales terrestres.

María Lionza tiene aspectos muy diversos es la reina de la naturaleza que persigue al cazador que mata inútilmente, y al campesino que quema los bosques. Pero también es una deidad acuática, bella sirena libidinosa que seduce a los hombres. Es la madre de la Tierra y la fertilidad a las mujeres y a los campos. 
En su figura se reflejan influencias de tres culturas, tres "razas" y tres continentes. Son africanos, el aspecto libidinoso de la "diosa" acuática, el culto de la obsesión, (o sea el auxilio que recibe de poderes o fuerzas extrañas), las prácticas mágicas, el tambor y ciertos espíritus de la "corte". Son indígenas, el mito de la doncella, el uso del tabaco, la creencia en dioses de la naturaleza y de la tierra, el curanderismo y los indios de la "corte". Y son europeos y cristianos, la semejanza de María Lionza con la Virgen, el uso de velas, las litografías de santos y la señal de la Cruz. Además, hay influencias del espiritismo moderno. Se trata de un verdadero culto sincretista, que refleja el sincretismo cultural del pueblo venezolano de origen afro-euro-americano. No es por casualidad que el culto tenga su origen en Yaracuy, una zona de contacto entre elementos étnicos de tres continentes.



María Lionza tiene una posición central en el culto, pero alrededor de ella abundan otros espíritus de origen heterogéneo. Entre estos encontramos a los valientes caciques que lucharon contra los españoles, como Tamanaco, a quién curiosamente se lo imaginan con adornos de plumas en la cabeza, a la manera de los indios que presentan las películas norteamericanas. Hay espíritus de la naturaleza como Don Juan del río Yaracuy, figuras históricas como el Negro Miguel, quien encabezó una sublevación de esclavos, hay la "corte africana", con sus dioses negros de introducción reciente, como Shango, hay personalidades de recientes desaparición, como la del Dr. José Gregorio Hernández, venerado por muchos católicos bajo el nombre de "siervo de Dios". Cada uno de estos "espíritus" tiene sus adeptos, predilección por ciertas ofrendas y "portal" propio. Estos "portales", o capillas, se encuentran a menudo debajo de ceibas enormes que extienden sus copas gigantescas por encima de otros árboles, y son considerados como domicilio de los "espíritus". Durante la noche los "bancos" encienden velas al pie de los troncos. Es interesante señalar que también en África occidental se considera a las ceibas como árboles del culto y asiento de encantos. Éstas creencias fueron trasplantadas al Nuevo Mundo por esclavos negros.


Las plantas medicinales tienen un papel importante en el ritual de María Lionza. Los "bancos" tienen conocimiento de las hierbas venenosas y buenas. Muchos entre ellos son curanderos que sólo para darte importancia acuden a las practicas espiritistas. Piensan que ciertos espíritus viven en las hierbas, las cuales recogen para preparar medicinas,  o bien para hacer amuletos que sirven para atraer amores, vengarse enemigos o atraer suerte. 
La influencia del culto por el espiritismo es en gran parte de introducción reciente, y puede tener sus raíces en las publicaciones divulgadas por los "rosacruces" y adeptos de Kardec. Por otra parte, muchas supersticiones llegaron ya con los primeros españoles, como los libros cabalísticos de los árabes y los judíos. El momento esotérico en el culto se deriva quizá de los ricos místicos de la Edad Media, practicados a menudo en España.


Parece faltar una organización formal del culto. Cada "banco" es independiente, pero muchas veces se unen para colaborar, especialmente en la preparación de peregrinaciones a Sorte.  Hay otros "sacerdotes" que se especializan en desarrollar los médiums. Cuando un adepto del culto siente la "llamada" a hacerse médium acude a él,  y éste le enseña el mecanismo para coordinar sus esfuerzos y comunicarse con los espíritus. Existen también ritos de iniciación, pero muchos "sacerdotes" se hicieron "bancos" sin instrucción formal sólo por "llamamiento".


En la noche del sábado muchos adeptos se reúnen en los portales de Sorte y Agua Blanca, y los "bancos" compiten entre ellos por los favores para los feligreses. Muchos trabajan de buena fe, pero otros lo hacen por fines materialistas. Por otra parte, sus exigencias son modestas. Reparten aguardiente y puros a los asistentes, y sólo se quedan con lo poco que les posibilite una vida no exigente.


En Sorte y Agua Blanca pude presenciar muchas veces los cultos. En la noche se reúnen los fieles. El "banco" empieza el rito con invocaciones y la señal de la cruz. Tiene el cuerpo desnudo hasta la barriga. Un médium descalzo se acerca. Le lava la cara con ron. Ambos fuman puros frente al altar. De repente el médium cierra los ojos, grita y extiende los brazos. El espíritu, que toma posesión de él, habla por su boca. Luego purifican los a los fieles soplando humo encima de ellos. Otro médium se acerca y cae en trance después de fumar un puro. Grita, cae al suelo y se comporta con violencia hasta que el "banco" le calma. Es un espíritu Indio. Se adorna con plumas, y contesta con voz ronca a las preguntas de los adeptos. El toque del tambor ha despertado a una mujer, quién de repente aparece de la oscuridad de la selva. Tiene los ojos cerrados y no simula el trance,  lo hacen otros cuando el espíritu no quiere presentarse. La negrita baila con vehemencia en el círculo (formado por los feligreses) al toque del tambor que acentúa el ritmo cada vez más rápido.  un grupo de fieles toma un baño en la lagunita formada por un manantial que brota de una cueva. Colocan velas en la orilla.


En otra ocasión hemos visto a dos mujeres que bailaban en las cenizas ardientes de un fogón, sin lastimarse los pies desnudos. En otros portales reina más calma: se manifiesta María Lionza, quien da consejos con voz suave y tranquila.


En las cuevas de Agua Blanca los adeptos hacen ofrendas para los "dueños" del lugar y luego invocan a los espíritus: son ratas y ratones, que luego se banquetean con las comidas dejadas por los fieles.


En un "santuario", en Caracas, hablé con un médium muy famoso, quien no sólo hizo presagios, sino que también me contó mucho de mi pasado, sin conocerme. En otra casa observamos a niños de 10 años que estaban formándose como médiums. Fumaban puros fuertes.


No cabe duda de que el culto de María Lionza es un fenómeno sumamente interesante,  tanto para los sociólogos  como así también para los psicólogos, en cuanto se refiere a vinculaciones con la mitología indígena y el aporte de magia africana y supersticiones de procedencia europea. Es una religión popular que da esperanza los pobres de los ranchos, a los sin trabajo, a las mujeres con niños y sin esposos, y a los enfermos que no tienen confianza en la medicina moderna. Así el culto tiene también sus aspectos sociales y económicos. Es una síntesis de creencias, la viva expresión de un mito enraizado profundamente en el pueblo venezolano.

FUENTE: Angelina Polak-Eltz (1968) María Lionza mito y culto venezolano. Reportajes de Venezuela y el mundo. Año II N.07. Caracas

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