lunes, 27 de julio de 2020

"MARÍA LIONZA": DISQUISICIONES ETIMOLÓGICAS


 

Por: Bruno Manara 

(6/10/1991)

Desde los tiempos en que Adán llamó varona a su costilla hecha mujer, “porque del varón había sido formada” (Gén. 2,23), los investigadores tratan de encontrar en el significado del nombre de una persona histórica o de un ente mítico la solución a los interrogantes que ese personaje plantea. Al menos esa fue la preocupación de quienes hasta ahora se han dedicado escudriñar los orígenes de la reina de Sorte (la cual por su lado parece empeñada en despistar a cuántos procuran descifrar el enigma de su identidad).

A continuación, veremos las soluciones principales que se han propuesto acerca del significado y el origen de María Lionza.

 La primera interpretación, asomada por Gilberto Antolínez y luego por Elisio Jiménez Sierra, es que el nombre comenzó siendo “María de la Onza”, que se habría vuelto “María la Onza” y “María Lionza”. Ahora bien: ¿Por qué precisamente “de la Onza”?

Antolínez dice que todo comenzó en Nirgua, donde la onza habría sido el animal totémico de la Madre del Agua de los indios jirajaras, que fue asociada con la Virgen María de los conquistadores.

Otra posibilidad, según el mismo investigador, es que “María de la Onza” sea la traducción al castellano del olvidado nombre indígena original de la Madre del Agua de los jirajaras de Nirgua.

Sea como fuere, María Lionza viene siendo un personaje mítico, creado por la mentalidad mágica de los indígenas nirgueños.

Elisio Jiménez Sierra propone otro comienzo del apelativo “de la Onza”, a saber, una imagen de la Divina Pastora protegiendo a una oveja contra un lobo, al que los indígenas habrían identificado con una negra onza o gato cervantes. Entonces María Lionza habría comenzado siendo una representación de la Virgen María, cuyo significado religioso-cultural fue de formado por la mente india. De todos modos, el epíteto de María Lionza, en este caso, habría nacido en Barquisimeto o más específicamente en Santa Rosa.

Una tercera posibilidad fundamentada en un documento de 1764-65 que se encuentra en el Archivo General de la Nación, es que el epíteto “de la Onza” haya tenido su origen en las Tres Casitas, en la propia montaña de Sorte, donde para la fecha se hallaba una estatua “muy semejante a la Virgen del Rosario” y donde el diablo se aparecía en forma de “perro negro”, o de onza, como dirían los indios. María Lionza, por lo tanto, una vez más sería una manifestación de la Virgen María, pero nada de buscar sus orígenes en Nirgua o en Barquisimeto, sino que su nombre y su culto habrían nacido en la propia montaña de Sorte.

 

Una segunda pista es la ampliamente publicitada por Hermann Garmendia a partir de 1963, pero en realidad iniciada por Walterio José Pérez (1949) con fundamento en documentos de 1604, 1750 y 1853 existentes en Barquisimeto. Según éstos, vivió en la época de la conquista una encomendera llamada María Alonso, quién se residencia cerca de Chivacoa en la “Tierra de los Indios”, y logró amasar una fortuna fabulosa con su trabajo y el de los indígenas. Así habría nacido la leyenda del “Encanto de María Leoncia” y años después “María la Onza” -en palabras de W Pérez- “creyéndose a la gran dama poseedora de fuertes cantidades de onzas españolas (moneda de oro valedora de 20 pesos), que ella repartía entre sus más voluntarios servidores, haciéndolos ricos” (El Diario, Carora, 4/05/49).

 

Por lo tanto, según esa postura, María Lionza fue un personaje real, cuyo apellido Alonso, por tratarse de una dama, habría tomado en boca del pueblo la forma de “Alonsa” que se volvió “de las onzas” o “de la onza” por asociación fonética con las codiciadas monedas de oro con que la dama pagaba. De allí hay un breve paso hasta “María la Onza” y María Lionza: personaje que, una vez más estaría asociado con Barquisimeto.

Sin embargo, Armando Ortega y Leopoldo Ojeda 1970 localizaron a otra María Alonso mulata en este caso para la fecha de la fundación de nirgua 1628 esta señora En las décadas siguientes sería una poderosa encomendera cuyas posesiones se alargaban hasta urama y cuyo nombre dicen los autores se habría vuelto Marialonsa y María Lionza.

Una vez más, María Lionza sería un personaje histórico, pero regresemos a Nirgua como posible origen del mito.

Este peloteo entre Nirgua y Barquisimeto queda resuelto en favor de la ciudad de los crepúsculos por un documento del Archivo General de la Nación (1832), en el cual se fija como lindero sur de Chivacoa “el serro alto de María Alonso”. Con esto obviamente cobra mayor validez la posición de Walterio Pérez y de Hermann Garmendia, a pesar de que existe una tercera posibilidad, ya asomada por W. Pérez, es decir, que el controversial personaje se llamara María Leoncia, con lo cual el tránsito fonético a María Lionza sería mucho más sencillo y factible, sin necesidad de acudir a gatos monteses o a macuquinas de oro; pero choca con la ineludible mole documental del “serro Alto de María Alonza".

 

De todos modos, una cosa parece cierta: que el pendular dilema entre “ser o no ser” se inclina ahora hacia la posibilidad de que María Lionza realmente haya sido un personaje histórico.

 

FUENTE: El impulso 6 de octubre 1991


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